Septiembre de 1977. En plenas fiestas de la Misericòrdia, un local llamado Yuca’s (con el paso de los años quitaría el apóstrofo y pasaría a ser Yucas) abría en el corazón de Burriana, en la céntrica calle Salvador. En el día de su inauguración, tras acceder las autoridades al flamante recinto, entró «una marabunta de gente increíble» hasta el punto de que en cuestión de minutos estaba «a reventar». Así recuerda la propietaria por aquel entonces del establecimiento, Tica Mechó, el inicio fulgurante de esta discoteca. Un comienzo premonitorio del éxito que ha rodeado siempre a este local, con dos etapas bien diferenciadas, que cerraría en 1995.

Epicentro de la movida juvenil de Burriana durante la siempre añorada década de los ochenta, la evolución de Yucas corrió paralela a las modas de su tiempo. De ese primer periodo, con la familia Mechó al frente (estuvo 13 años, hasta 1990), Tica se queda sobre todo con la época de Vicente García Alemany, pionero de la música import, que fue un «puntazo» tenerlo como pinchadiscos. Gracias a él, ofrecían música que no sonaba en ninguna otra discoteca, ya que, por motivos profesionales, una vez al mes tenía que viajar hasta EEUU y eso hacía que en la sala exhibieran canciones que aún no habían llegado a España, lo que les permitía «ir un paso por delante» frente al resto. «Tocábamos mucha música americana, sobre todo funky, y Vicente era el rey. Era elegante con la música, exquisito», comenta.

Además de Vicente, Yucas destacó desde sus inicios por una cuidada discografía que desde su cabina potenciaron pinchadiscos de renombre como el almazorense Gustavo Cortés (Gus), Gusque manejó los platos desde los primeros compases del funky, la música disco, techno, house e incluso en los años más eléctricos de máquina y desenfrenados ritmos mescalinos. Las fiestas y jolgorio corrieron a cargo de sesiones protagonizadas por Juan Carlos Sales (Juanca, que sobrevive a todas las modas; e incluso un novillero como el afamado Vallito se atrevió a hacer danzar a los jóvenes en la pista más exitosa.

Un incendio obligó a Yucas a permanecer ocho meses cerrada

En sus inicios, Mechó recuerda que abrían todos los días e incluso los viernes, aunque por poco tiempo, hacían audiciones de artistas ilustres «como Cat Stevens o Stevie Wonder», con un público «más intelectual». Hasta hubo un incendio que obligó a cerrar la discoteca ocho meses.

Imagen de una invitación a la discoteca Yucas (Foto: Miguel Fandos - Borrianeries)

Un fuego originado de madrugada, recuerda Mechó, y del que avisó su hijo cuando estaban durmiendo: «El incendio supuso un antes y un después, porque se quemó la discoteca. Afortunadamente fue mi hijo el que se dio cuenta, si no no estaríamos aquí». Y, como no hay mal que por bien no venga, aprovecharon el incidente para dar otro aire a la decoración. «Hicimos como si se hubiera quemado el techo con espráis y llamarazos. Le dio un toque vanguardista para la época y triunfó, como siempre triunfaba Yucas», repasa.

Disculpas por la radio por no dejar entrar a más gente

La afluencia de público era tal que la antigua dueña recuerda que más de una vez se iba a la emisora a Vila-real y decía en directo: «Discoteca Yucas pide disculpas a toda la gente que no ha podido entrar por exceso de aforo». Eran otros tiempos. Una época de fiestas temáticas (especialmente de disfraces) en la que el local ofrecía sesiones sábados y domingos, había cabida para todos (el sábado por la tarde era un público más juvenil) y tenía unos precios muy populares. «Con 1.000 pesetas podías hacer toda la fiesta que quisieras, no como ahora, que te cuesta 15 euros un cubalibre y la gente joven no lo puede asumir», critica.

La primera propietaria de Yucas, Tica Mechó (1977-1990), aún regenta hoy en día a sus 69 años el Cámping Mediterráneo, en Xilxes (Foto: David Donaire).

Pero la noche quema y «es agotadora», por lo que Mechó decidió dejar la discoteca para «vivir el día» y montó el Cámping Mediterráneo, en Xilxes, que todavía regenta a día de hoy a sus 69 años. El local quedó entonces en manos de Ginés (Gino), el eterno jefe de barra de la disco; y el anteriormente mencionado Gustavo Cortés (Gus), pinchadiscos durante la primera etapa y que había abierto Siroco en Benicàssim. Fue un periodo de ritmos más electrizantes y más dance.

Un grupo de amigos posa para una foto en Yucas (Foto: Miguel Fandos - Borrianeries)

«A Gino Gino entonces en aquella época era muy bueno, estaba mucho en la faena y pendiente de todo, aunque después la cosa ya no fue lo mismo. Se fue por otros caminos. Sí, me arrepentí de dejarles a ellos el local», reconoce Tica.

Gustavo echa la vista para atrás y, ya en plena segunda etapa de Yucas, les «costó al principio, pero se fue llenando y fue yendo a más a más» la clientela. Hasta que por la noche, ante los problemas que implica tener una discoteca en el pleno centro de Burriana («como venia tanta gente y estaba en la plaza del Ayuntamiento»), abrieron Terminal en el puerto, «que es lo que era el Palace».

Cambio de registro

Para Gus, la clave del éxito fue simplemente la música. «Porque la música que había en Valencia, la traje para acá y empecé a ponerla aquí. Era una música más dance… Ahí fue donde estuvo la novedad», cuenta. Y menciona a grandes DJ que fueron a pinchar a Yucas como Miguel El Divino o Xavi Personat (Xaby 99).

Miguel Fandos, creador del podcast 'Borrianeries' (i) y Gustavo Cortés, DJ de Yucas y copropietario de la discoteca durante la segunda etapa (Foto: David Donaire)

«Era una música más oscura, música del murciélago de Spook, de guitarreo acompañados con bases, como Cassandra Complex, The Cure o Simple Minds. Era una música que solo podías escuchar en Yucas en esa época», recuerda Miguel Fandos, cliente del mítico espacio, amigo de Gus y creador del blog y podcast Borrianeries, un espacio semanal en el que, de la mano de invitados de la época, repasa la música y los locales que sonaba y había en Burriana hace unas décadas.

Flota de autobuses para no perderse la sesión de Yucas

La popularidad de esta segunda etapa de Yucas no tuvo nada que envidiar a la primera. «Era increíble ver una discoteca por la tarde con 700 y 800 personas y observar a las 16.00 ya estaban viniendo autobuses de toda la provincia, incluso de Valencia. Y se quedaban a cenar en Burriana para la sesión de la noche de Terminal. Era increíble», relata Fandos.

O incluso más personas... «Por la tarde podían haber en Yucas entre 1.500 y 1.600 personas; y por la noche, en Terminal, 1.000 o 1.500», añade Gustavo.

Sorteo de una botella de champán

Otra pata indudable del éxito, como comentaba Mechó respecto a la primera etapa, era sus precios populares. «Eran unos precios que eran muy asequibles para la juventud de entonces. También hay que entender que en aquella época el dinero no es como ahora, que los padres podían dar más dinero a los hijos. Si no recuerdo mal, las entradas estaban por 500 pesetas, con consumición incluida», detalla Fandos, que destaca que una de las secuencias más características del Yucas de entonces era «parar la sesión a las dos horas, a las 20.00 o eso para hacer el sorteo, ya que Gino sorteaba desde la cabina una botella de champán».

Fueron dos décadas (1977-1995) de música muy valorada entre los incondicionales y de foco juvenil para las pandillas de todo el entorno, que acudían puntuales atraídos por las fiestas temáticas que, por su imaginación y modernidad, despertaban el interés cada fin de semana en sesiones de tarde y noche. Un fin de semana sin Yucas no tenía mucho sentido.

Remember Yucas y tardeo 'on line'

Sin espacio físico para sus sesiones, la disco sobrevivió entre sus incondicionales gracias a los reconocidos Remember Yucas, que se han venido celebrando gracias a reconocidos DJ, en diferentes sedes, pero con llenos espectaculares.

La última actuación que ha tenido lugar en la mítica sala de Yucas tuvo lugar en mayo del año pasado, en plena pandemia, cuando el actual dueño del local (Rafael Arribas) dejó a dos deejays locales (DJ Xay y DJ Indu) pinchar en la antigua discoteca para recordar viejos tiempos y animar a la gente que estaba siguiendo el evento por las redes sociales a través de sus casas. Al no poder haber público, colocaron siluetas de cartón para recrear la presencia de asistentes.

Siluetas de cartón en el último tardeo 'on line' de Yucas, en mayo del año pasado. (Foto: Isabel Calpe)

Legión de fans

Tal fue el éxito inmortal de esta discoteca que su recuerdo permanece imborrable en la actualidad. Uno de los espacios donde siguen recordando día tras día las míticas sesiones de Yucas es el club de fans que tiene en Facebook, un grupo creado por Xavi Personat (Xaby 99) en el que casi 2.400 miembros comparten canciones, recuerdos y fotos de aquella añorada sala de Burriana. «Para mí fue la mejor discoteca de toda la provincia con diferencia. Grandes recuerdos, buena gente y sobre todo la música que se escuchaba no se oía en ningún lado», explica uno los integrantes del club.

Pero el tiempo pasa y ahora, a punto de cumplirse 44 años de la inauguración de Yucas, después de que el empresario de Burriana Rafael Arribas (Satine) comprara el local que tantas noches locas dejó la mítica sala, el recinto de la antigua discoteca, actualmente en plena reforma, se está transformando por completo para convertirse en el primer museo taurino de la Comunitat. Si se cumplen los plazos, la previsión es abrir el nuevo templo dedicado al toro en septiembre de este año, en plenas fiestas de la Misericòrdia, al igual que lo hizo Tica Mechó con Yucas hace ya casi medio siglo.

Planta baja de la antigua discoteca, totalmente reformada. (Foto: Isabel Calpe)