El proyecto de restauración y conservación del castillo de la Vilavella ya tiene plan director. El documento técnico, encargado por el Ayuntamiento de la localidad, ha sido redactado por los arquitectos expertos en recuperación de patrimonio Camilla Mileto y Fernando Vegas, de la Universitat Politècnica de València, «que ya se encargaron de redactar la primera fase de la consolidación que afectó a las torres y el lienzo de la muralla de la cara norte, las más deterioradas», explicó ayer la edil de Cultura, Inma Traver.

El plan contempla la intervención en la torre siete, «la más antigua cronológicamente», detalló la concejala, que por su relevancia y su preocupante estado de conservación «será la primera en ser intervenida de manera completa» en el momento en que, por obtención de recursos, sea posible.

PROTECCIÓN DE UN BIC / Traver incidió en que la redacción de este documento técnico ha sido posible gracias a la línea de ayudas de la Generalitat para la redacción de este tipo de informes que contemplan acciones con afección en Bienes de Interés Cultural (BIC), como es el caso. La intención del Ayuntamiento es, una vez recogidas las necesidades del castillo, solicitar el 1% cultural del Ministerio de Educación y Cultura, para poder afrontar las intervenciones más urgentes contempladas.

Hasta que llegue el dinero necesario para acometer las obras de envergadura previstas, el consistorio ha contemplado también otras intervenciones, como la eliminación «de los desafortunados grafittis que se realizaron durante la primera fase de la desescalada de la pandemia», explicó Traver.

En relación a este asunto, y teniendo en cuenta que de unos meses a esta parte la presencia de personas en las montañas y parajes naturales del municipio se ha incrementado de manera exponencial, la concejala de Cultura quiso hacer un llamamiento a la responsabilidad, recalcando «la importancia de respetar nuestro patrimonio y hacerlo respetar como fundamento básico para que todo este esfuerzo merezca la pena y lo podamos disfrutar todos».

Traver defendió que este trabajo es «muestra inequívoca del interés por recuperar y poner en valor nuestros bienes culturales».