La Generalitat ha decidido rebajar las restricciones de acceso en coche al parque natural de la Serra d’Irta y atender algunas de las reivindicaciones planteadas por los municipios y representantes de colectivos que integran la Junta Rectora del paraje. Cabe señalar que la necesidad de regulación y ordenación se sustenta en el impacto de la masiva afluencia de vehículos al espacio protegido. 

Así, el planteamiento del Consell es habilitar una zona de aparcamiento con capacidad para unos 80 o 90 vehículos y señalizar las áreas en las que se puede o no estacionar, sobre todo para evitar problemas en los emplazamientos que están en la línea de costa.

Cupo

Como ya anunció Mediterráneo, establecerán un cupo de vehículos. Este ha sido el aspecto en el que más han tenido en cuenta las peticiones planteadas por los consistorios y colectivos pues, aunque en un primer momento la Generalitat, que se encarga de la gestión del espacio natural, señaló que las restricciones se aplicarían durante todo el año, finalmente serán solo en temporada alta. Habrá un tope en la época estival y en fechas concretas donde, por el histórico del parque, se han detectado picos de afluencia y que suelen ser en Semana Santa o algunos puentes festivos. No se precisará, por tanto, reservar en temporada baja porque entienden que no existirá la necesidad.

Otro eje para el que también se ha constatado cierta relajación en las medidas es que atenderán a la casuística concreta. Es decir, si por ejemplo, una persona con movilidad reducida debe entrar y salir del parque no será necesario que haya solicitado una reserva previa. De hecho, los operarios que regulen el acceso atenderán las particularidades que no precisarán de una limitación estricta. 

Vecinos

Otra de las solicitudes que ha atendido el Consell es la del libre acceso de vecinos de los municipios que integran el parque natural: Peñíscola, Alcalà-Alcossebre y Santa Magdalena. Así, la Generalitat, aunque no ha aceptado la propuesta en su totalidad, sí dispondrá una reserva en número o porcentaje de gente de esos municipios que estará al margen del cupo que se aplicará al público en general, porque entienden que a los habitantes de estas localidades no se le debe aplicar las restricciones que afectan al resto de visitantes del espacio.

Sobre el personal que se encargará de controlar los accesos, todavía no se ha concretado si serán operarios municipales o personas contratadas por parte de la administración autonómica, aunque todo apunta a que serán los trabajadores del mismo parque los que lleven a cabo los controles, como ya sucede en los parajes naturales del Penyal d’Ifac y otros gestionados también por la Generalitat. 

En las próximas fechas presentarán y concretarán las medidas planteadas y, en principio, no prevén que la Junta Rectora se reúna para abordar estas novedades. 

Consenso en la necesidad de control de tráfico rodado 

La necesidad de regular y controlar los accesos al parque natural de la Serra d’Irta con vehículos a motor ha sido un asunto en el que, desde un principio, existió consenso. Los ayuntamientos de Peñíscola, Alcalà y Santa Magdalena, que conforman el espacio protegido, estuvieron de acuerdo en establecer limitaciones al continuo y masivo flujo de automóviles, especialmente en época estival, porque ocasionaban un grave impacto en el hábitat natural. De hecho, el de Peñíscola fue el primero en proponer a la Generalitat que se aplicaran medidas, tras detectar que, en el verano de 2019, se registró el acceso de más de 20.000 vehículos. Durante la pandemia también se dieron cifras preocupantes; según detalló Juan Barceló, presidente de la Junta Rectora, ya que el pasado verano circularon unos 1.600 coches cada día