El Ayuntamiento de la Vall d’Uixó iniciará en el mes de septiembre el proceso para licitar el proyecto de ejecución del puente que unirá los polígonos industriales de Belcaire y Mezquita, dando así el primer paso efectivo en los trámites que han de llevar a hacer realidad una infraestructura indispensable si la ciudad quiere ampliar el suelo disponible para empresas.

Este anuncio llega después de meses de gestiones, negociaciones y trámites burocráticos para dar cumplimiento a una serie de requisitos técnicos que impedían avanzar con agilidad en lo que la alcaldesa, Tania Baños, ha defendido desde el primer momento como el proyecto de la legislatura.

Precisamente las pegas sobre las características técnicas del proyecto eran una de las trabas a las que el Ayuntamiento ha tenido que hacer frente. En una primera propuesta se planteaba la construcción de una rotonda que requería de la expropiación de terrenos, con lo que ello suponía para el encarecimiento de la inversión que el municipio deberá realizar para impulsar las obras. Tras arduas negociaciones con el Ministerio de Fomento, donde se presentaron alternativas viables, la respuesta fue afirmativa, por lo que el diseño del puente podrá salir adelante con esa modificación.

Consulta a la CHJ

Otro aspecto relevante a resolver afectaba a otra administración, en concreto a la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ). El Ayuntamiento había trasladado una consulta en relación al gálibo del puente --distancia entre la parte inferior y el nivel medio del curso de agua, en este caso del río Belcaire cuando se producen crecidas por lluvias torrenciales--, pues antes de definirlo querían saber si se establecía alguna exigencia concreta por parte del Gobierno de España.

Todas estas gestiones frente al Estado se estaban llevando a cabo de manera simultánea a las que se mantienen con la Generalitat. En noviembre del 2019 el conseller de Obras Públicas, Arcadi España, confirmó su predisposición a colaborar en el impulso de la infraestructura, aunque primero querían analizar «el impacto de la liberalización de la AP-7», algo que sucedió algo más de un año y medio. De hecho, en verano del 2020, el propio conseller aseguró en una visita a la ciudad que «dentro de poco tendremos buenas noticias» que un año después han trascendido y se han concretado. 

Si bien la pandemia ha paralizado y ralentizado la administración pública en muchos aspectos, en el caso de la Vall se están produciendo avances significativos, dentro de la lentitud con la que habitualmente se afrontan estas grandes infraestructuras. La burocracia empieza a dar frutos, aunque de momento no se habla de inversiones ni de qué administraciones participarán para hacerla posible.

Para el Ayuntamiento lo más importante es que se vayan superando objetivos, y uno imprescindible era la licitación del proyecto de ejecución, que esperan esté redactado y listo para su aprobación antes de acabar el año 2021. Con este documento sobre la mesa será el momento de hablar de dinero y de nuevos plazos. 

El consistorio llega a un acuerdo con Iberdrola por su subestación

En los terrenos afectados por la construcción del puente que conectará los polígonos industriales Belcaire y la Mezquita existe en la actualidad una subestación de Iberdrola para la que había que buscar una solución que ya se ha concretado con la hidroeléctrica a través de un convenio de colaboración.

La mejor opción, desde el punto de vista técnica, es soterrar las líneas eléctricas y mover de su lugar actual un transformador. La alcaldesa, Tania Baños, asegura que, desde el primer momento, la empresa ha mostrado su predisposición a la hora de llegar a una propuesta consensuada que se ha plasmado en un documento rubricado por ambas partes en el que se concreta que el Ayuntamiento se hará cargo de la obra civil --apertura de las zanjas para soterrar las líneas-- mientras que Iberdrola realizará el resto de la inversión.

En principio no se han especificado los plazos para ejecutar las obras previstas en el acuerdo.