L’Alcora vivió ayer el día grande del Cristo, adaptado a la situación sanitaria por el covid. Por la mañana, tuvo lugar en la Iglesia Parroquial Nuestra Señora de la Asunción la solemne eucaristía en honor al Santísimo Cristo del Calvario, oficiada por mossén Josep Aparici, con el sermón de la festividad a cargo de mossén Héctor Gozalbo. En las primeros bancos de la templo no faltaron la corporación municipal y la reina y damas, tanto las actuales como las que cumplen las bodas de oro como las de plata, llenándose la parroquia con el aforo permitido.  

Ante la imposibilidad de realizar la multitudinaria procesión por la pandemia, el ayuntamiento y la parroquia consensuaron exponer el Santísimo Cristo en la puerta del Calvario, y lo sacaron de la capilla a partir de las 17.00 horas, acompañado de un volteo de campanas. De este modo, de 17.00 a 20.30 horas se invitó a toda la población a realizar la procesión de manera individual o familiar, para poder acceder gradualmente al recinto del Calvario guardando la distancia. 

Pero la lluvia hizo su aparición a partir de las 20.00 horas y obligó a suspender el simbólico acto. Tan solo la reina y damas de hace 25 años y alguna de hace 50 se decidieron a realizar toda la procesión por su cuenta para depositar su ramos a los pies del Cristo a pesar de la intensa lluvia registrada. 

Por la noche, la XXXIII Serenata al Cristo organizada por la Rondalla l’Alcalatén puso el broche de oro a unas fiestas reducidas a nueve jornadas en lugar de las 17 habituales, pero con más de 50 actos de mucha diversidad, confeccionados por el Ayuntamiento con la colaboración de las comisiones festiva y taurina y la Caixa Rural. Debido a la lluvia, el evento tuvo lugar en el recinto techado de la Pista Jardín en lugar de la zona de la Plaza del Venerable Bertrán. 

Homenaje a sus difuntos

Hoy l’Alcora honrará a sus difuntos en el tradicional acto de la parroquia y la visita a los dos cementerios municipales, donde se realizará un emotivo responso.