Villahermosa del Río se llenó por completo este fin de semana para acoger unos días atípicos de exhibiciones taurinas, nada propios de estas fechas. El buen tiempo y las ganas de fiesta sirvieron para que tanto vecinos como visitantes lo pasaran en grande. «Es la primera vez que se exhiben toros en noviembre pero ahora que todo está mejor no queríamos esperar a las fiestas de febrero de San Blas», señalaron los organizadores. «Hemos decidido adelantarnos también a las fiestas de agosto para alegrar un poco el ambiente que ya lo tenemos más que merecido con todo lo que hemos vivido por la pandemia», añadieron.
Para ello, han formado una peña taurina a la que se han inscrito 344 personas, que han pagado 60 euros por cabeza (los adultos). No solo del municipio sino también de otros pueblos de la zona.
El viernes por la noche se realizó una embolada infantil con un toro de carretilla y, media hora más tarde, tuvo lugar la exhibición de emboladores con cuadrillas de Alcalá de la Selva, Cedrillas, Linares y Mosqueruela y Benassal y La Iglesuela. En el polideportivo de La Muela hubo disco móvil.
El sábado comenzó con suelta de vacas de la ganadería de Villahermosa. Posteriormente, se probó un toro del mismo hierro. La comida de socios de la Peña Taurina en el polideportivo reunió a cientos de personas y, por la tarde, se exhibieron de nuevo vacas. El plato fuerte fue la prueba de dos cerriles, uno de Torrestrella (adquirido en la finca de Sergio Centelles) y el otro del Pizarral (por los emboladores del municipio). A media tarde se emboló el toro del hierro local y por la noche, los otros 2. La jornada festiva concluyó con una disco móvil.