Las fuertes precipitaciones caídas el pasado 21 de marzo evidencian, una vez más, la necesidad de acometer la nueva pasarela fija en el Clot de la Mare de Déu. Pese a que las lluvias en Burriana no causaron grandes estragos, las escorrentías del interior de la provincia provocaron un aumento de gran consideración en el caudal del río Anna, lo que provocó la rotura de la precaria conexión actual de la desembocadura.
Esta problemática, arrastrada durante años, está más cerca de finalizar, puesto que el Ayuntamiento ultima la redacción del proyecto de la pasarela fija y espera poder comenzar las obras en verano.
Así lo aseguró la alcaldesa, Maria Josep Safont, y explicó que «los servicios técnicos del consistorio están a punto de concluir los detalles de la infraestructura», por lo que esperan «comenzar la tramitación lo más pronto posible».
El consistorio obtuvo en octubre de 2021 la autorización de Costas y de la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) después de casi dos años de demora en la respuesta de ambas entidades. El equipo de gobierno municipal reivindicó en numerosas ocasiones la urgencia de acometer el plan calificado de «prioritario», ya que los vecinos de les Terrasses se quedan aislados cuando se rompe.
Características
Aunque el proyecto no está elaborado del todo, plantean una estructura de hormigón situada unos seis metros más al interior de donde está localizada actualmente. Con un coste estimado en 320.000 euros, tendrá compuertas móviles para facilitar la salida del agua hacia el mar y estará preparada para soportar tanto el paso de vehículos de salvamento como de peatones.
El presupuesto municipal del presente ejercicio refleja esta inversión, pero con lo que no contaban las arcas es con la modificación de crédito que pasará por el pleno ordinario de abril para asumir la reparación de los daños causados por la crecida. Los desperfectos ascienden a unos 20.000 euros y, precisamente, el que más dinero se llevará será el rellenado con tierra para reponer de nuevo el acceso al otro lado del cauce.
Aun así, lo cierto es que las lluvias han beneficiado notablemente al aspecto del paraje, que luce reverdecido y primaveral. Son muchos los vecinos que acuden de forma diaria a disfrutar del entorno y que han percibido la inusual belleza pese a los destrozos.
El rugir del río de hace dos semanas ha dejado paso a la calma y con el aporte nuevo de agua se aprecia más limpia y nítida, por lo que los habituales habitantes del paraje, como patos, tortugas y peces, resultan más fáciles de ver para disfrute de los usuarios.
