La Asociación de Vecinos del Carmaday, en la Vall d’Uixó, convirtieron ayer sus reivindicaciones en una jornada festiva. Más de cinco años después desde que recibieran la promesa de la Generalitat de que iban a rectificar el proyecto de construcción de las controvertidas rotondas que dan acceso al barrio, «no tenemos ninguna noticia», por lo que se han visto en la obligación de recordar que los residentes siguen esperando una reubicación de las glorietas para recuperar una calidad de vida que consideran que han perdido.
El objetivo del encuentro organizado ayer era volver a visibilizar su situación, enquistada desde que el Ayuntamiento evidenciara que existían unos terrenos de propiedad municipal que no habían sido registrados en su día por el gobierno del PP que formalizó la compra, en los que podrían haberse ubicado las polémicas rotondas que, para los afectados, se hicieron con un trazado erróneo.
Recuerdan que «queremos una solución para una obra que, desde el principio, más que facilitar el acceso al barrio y aislar la zona peatonal, metió el tráfico rodado pegado a las casas», según el presidente de la AAVV, Iván Felipe.
Aprovechando la movilización, los vecinos rindieron homenaje a quien fue presidente de la asociación durante 11 años, Wenceslao Jiménez, hubo horchata para todos y también teatro.
