Muchas son las vicisitudes que de un modo u otro han afectado a la celebración de una de las tradiciones locales más singulares del municipio de Nules, única en la provincia. Siglos de historia dan para mucho, incluso para sobrevivir a una nueva pandemia con salud y energía renovadas, porque así se celebró el jueves la festividad de les Barraquetes, un acontecimiento social de gran arraigo, que recientemente fue declarado de interés turístico provincial, reconociendo así sus particularidades y convirtiéndolo en un atractivo para vecinos y visitantes.

Hablar de les Barraquetes es hacerlo de un legado que ha sobrevivido en el tiempo, gracias a la transmisión de generación en generación de una costumbre que no tiene parangón con otro evento dentro de este territorio.

Durante la jornada de ayer, en algunos casos en los días previos, las familias cumplieron con los rituales propios del primer jueves después de la festividad eclesiástica del Corpus. El paso esencial es conseguir las típicas cañas, que algunas personas cultivan de forma expresa en sus terrenos, otras buscan por el término municipal y otras las consiguen gracias a la aportación del Ayuntamiento, que desde hace muchos años distribuye el elemento básico para la construcción de les Barraquetes entre los vecinos que lo requieren.

Multitud de familias cumplen con la tradición de montar las Barraquetes para los menores de la casa. MÒNICA MIRA

De hecho, durante toda la mañana, las personas interesadas pudieron acercarse a la plaza Mayor, donde miembros de la brigada repartían las cañas verdes entre quienes lo solicitaban.

La procesión del Santísimo es el momento culminante de la celebración. MÒNICA MIRA

El siguiente paso era el montaje. Tres cañas unidas en su extremo superior, trazando el perfil de una rudimentaria cabaña bajo la que, una vez en la plaza, se sitúan los niños que todavía no han tomado la primera comunión. En cuanto a la decoración, las había de lo más básicas y sencillas, pero también muy ornamentadas, aunque la tradición habla de utilizar unas pequeñas flores blancas muy comunes en la zona, la vidriera. Otro de los elementos fundamentales es compartir cada paso. Dar cumplimiento a la costumbre heredada de los antepasados con la familia.

Los niños y niñas de primera comunión acompañan en procesión al Santísimo bajo palio. MÒNICA MIRA

El centro urbano de Nules se transformó de nuevo en un escenario floral a la espera de la procesión del Santísimo bajo palio, acompañado por los niños más mayores del evento, los que este año han comulgado por primera vez. Una cita religiosa, sin duda, pero con un marcado carácter social.