Llegada esta época del año, en la que muchos de nosotros realizaremos algún viaje, conviene conocer que la diarrea del viajero es un síndrome común que aparece en personas que viajan de países desarrollados a países en desarrollo. Afortunadamente, el 90% de los casos son breves y autolimitados, pero se estima que entre el 5 y 10% de los pacientes desarrollan una disentería grave y el 2% de los viajeros tiene diarrea persistente que dura más de un mes.

La doctora Alicia García, especialista de Aparato Digestivo del Hospital Provincial, explica que este síndrome se debe, sobre todo, a microorganismos infecciosos que se adquieren en el agua y los alimentos. En la mayoría de los casos se trata de una diarrea autolimitada y no es necesaria la evaluación de un médico. En los casos en los que se prolonga o aparece fiebre, manifestaciones sistémicas, heces sanguinolentas o aparece en personas inmunodeprimidas, esta evaluación es necesaria. La enfermedad suele aparecer dos o tres días después de la llegada del viajero y la duración media de la misma oscila entre 1 a 3 días. La mayoría de las personas realizan entre 3-5 deposiciones al día, aunque un 20% de pacientes puede hacer de 6 a 15 deposiciones al día.

En la mayoría de los casos el tratamiento consiste en reposición de líquidos y fármacos determinados. Se debe evitar leche y derivados lácteos. Los fármacos utilizados son antibióticos (reservados para las diarreas graves) para eliminar el agente patógeno y/o fármacos inhibidores de la motilidad, como la loperamida o subsalicilato de bismuto.

En este tipo de diarrea, lo más importante es la prevención:

1. Evitar alimentos y bebidas inseguras. No se deben tomar alimentos de puestos callejeros. El agua embotellada y la hervida previamente suelen ser seguras.

2. Uso de fármacos antibióticos profilácticos en determinados grupos de riesgo: personas con nefropatía, hepatopatía o cardiopatías graves, diabetes insulinodependiente, enfermedad inflamatoria intestinal, o aquellos con gastrectomía, aclorhidria o ileostomías o que toman corticoesteroides, o sufren inmunodeficiencias.

3. Uso de otros medicamentos como inhibidores de motilidad/antisecretorios en caso de aparición.

4. Vacunación. H