Tiene una naturalidad que enamora y un acento andaluz que, mezclado con dejes mejicanos, suman a sus muchos encantos una sensualidad fuera de lo común. Alejandro Sanz es así. Es el chico sencillo que hace más de 20 años tocaba la guitarra en el barrio madrileño de Moratalaz y al que sólo su voluntad de trabajo le ha convertido en un artista internacional. El cantante, uno de los más reconocidos a nivel mundial, recorre estos días las carreteras españolas para contentar a los fans de su país y "darse el gustazo" de actuar en su tierra. Entre curva y curva, y a sólo unas horas de su concierto en Vila-real, el artista concede a Mediterráneo una entrevista exclusiva en la que, como en sus conciertos, descubre al hombre humilde y versátil que lleva dentro.

-- Cuando se trata de giras nacionales se mueve por carretera. ¿No se le hace pesado?-- La verdad es que no. Prefiero ir por carretera, viajar en autobús, porque de esta forma es un viaje más auténtico. Además, se crea un buen ambiente con todos los compañeros.

-- Y con tantas horas invertidas en el asfalto, ¿en qué piensa?-- Me da tiempo de pensar en casi todo. En la familia, en el próximo concierto, en nuevos proyectos,...

-- ¿Y tiempo para disfrutar del oro de Gervasio, para ver las olimpiadas, para enterarse de lo que pasa en el mundo?-- Sí, me gusta el deporte y la actualidad, y por supuesto, he visto el oro de Gervasio, es muy bueno.

-- Hablando de deporte. Usted, ¿cómo se mantiene en forma?, porque para soportar una gira como ésta, con dos horas de concierto día sí y día también, tendrá que estar en forma, ¿no?-- Pues sí. Cuando tengo oportunidad y estoy en Madrid hago algo de natación, o lo que pueda. A veces utilizo los gimnasios y las piscinas de los hoteles en los que hago escala para despejarme y prepararme un poco.

-- Ahora que está en España, después de un tour estupendo por EEUU. ¿Qué se siente al volver a casa?-- Estoy contentísimo, porque el público está respondiendo de forma estupenda y, además, esta gira es mucho más emotiva que la de Estados Unidos, porque aquí se recuerdan temas de discos anteriores como el Corazón partío.

Corazón partío

-- Pero un artista como usted, con tantos éxitos, más de una década sobre los escenarios y con alguna que otra cana ¿llega a acostumbrarse a los aplausos?-- No. Para nada. Los aplausos hay veces que sientes que te los mereces más y otras que te los mereces menos, pero no te acostubras, siempre los necesitas muchísimo. De todas formas, a mí no me importan tanto los aplausos como el conjunto del espectáculo, que la gente disfrute con él y se lo pase bien durante las dos horas de concierto.

-- ¿Y se ha acostumbrado a los Grammy?-- Tampoco. No todo se basa en ganar Grammy. Es cierto que los que he recibido, y lo he hecho con mucha ilusión, orgullo y satisfacción, entre ellos el de Mejor Álbum de Pop por

No es lo mismo