La literatura está llena de monstruos. Muchos inventados, fruto de la imaginación de autores que dan forma a los peores temores de cualquier ser humano, y otros tantos demasiado reales, que uno no sabe cuáles dan más miedo si se para a pensar. 

Unos y otros, llenan las páginas de libros inquietantes e incluso terroríficos según lo sujestionable que sea la mente de quien decida adentrarse en esas historias. De esa manera de vivir la lectura se va a hablar largo y tendido este fin de semana en Nules, de la mano de dos autores muy distintos pero que, en el fondo, provocan el mismo efecto en el lector: hacerle reconocer que la excitación que provoca el miedo es una de esas emociones humanas difíciles de explicar.

El primero en hablar de monstruos será un gran creador de seres inventados --o quizás no lo sean tanto--, un ilustrador que ha acabado de escritor por una evolución casi inevitable de su innato espíritu artístico. El alicantino Fran Ferriz, en un momento álgido de su carrera, vuelve a Nules pero no para hablar de sus dibujos, como había hecho en al menos un par de ocasiones anteriores. Esta tarde, a partir de las 20.00 horas, en un transformado Museu d’Història y dentro de la programación Nules Terrorífic impulsada por el Ayuntamiento con la colaboración de la asociación local Cosas & Musas, Ferriz hablará de sus Cosas Terribles, dos libros atrevidos e irreverentes en los que el autor da forma a esos fantasmas que, bien pensado, acompañan a muchas personas sin que se atrevan a reconocerlo. Dos comedias que tienen tanto de locura como de terroríficas, en las que no faltan las indispensables ilustraciones que son marca de la casa.

Monstruos reales

El sábado, a la misma hora y en el mismo lugar, será el turno de otro joven escritor en la cresta de la ola. El extremeño Luis Roso visitará Nules en plena promoción de su última novela el Crimen de Malladas. Por vuestra boca muerta. «Por desgracia, los monstruos de los que hablaré serán muy reales», avanza el autor sobre el relato de unos hechos acontecidos en Cáceres en verano de 1915. En un pequeño municipio aparecieron los cadáveres de cinco personas, entre los que había los de dos niñas y una mujer embarazada.

El terror de la vida real, de lo que puede pasar en cualquier lugar y día por las motivaciones más bizarras cerrará una cita que no habla de Halloween, aunque aprovecha su tirón para abrir las páginas de un libro