A los dos les va la vida en el choque de esta tarde, pero a lo largo de la semana se ha hablado de todo... menos de fútbol. Los prolegómenos del derbi que disputarán en Mestalla Valencia y Villarreal han sido de lo más atípicos e, incluso, surrealistas. Mientras los che se juegan una plaza en la próxima edición de la Liga de Campeones para acabar la temporada con dignidad, los amarillos pueden complicarse la permanencia si no son capaces de puntuar en el antaño llamado Luis Casanova. Es un duelo de urgencias, reconocen unos y otros. Aunque no lo demuestran.

Vayamos por partes. En el Valencia esta ha sido la semana más movidita de los últimos meses. Y ha habido polémicas para todos los gustos. Que si el lesionado Kily González es apartado cinco días del equipo por no acudir a una sesión de recuperación, que si el candidato a la presidencia Paco Roig acusa a Carew (y a otros componentes de la primera plantilla) de cerrar a altas horas de la madrugada la discoteca del actual presidente, Jaume Ortí... Pero aún hay más. Roig asegura que traería gratis al Piojo López, mientras la actual directiva negocia con el Lazio el traspaso para su regreso al equipo che, parece que el Real Madrid quiere fichar a Ayala, Reveillere no sabe si continuará en el equipo o no... "Aquí hay comida para muchos buitres", resumió acertadamente el jueves el meta valencianista Santiago Cañizares.

Y en el bando visitante la cosa no ha ido mejor. Todo nació tras unas desafortunadas declaraciones de Martín Palermo para la revista argentina El Gráfico que llegaban a la península a principios de la semana. El Matador se confesó para los periodistas de su país y criticó que la plantilla del Submarino "no es un grupo", pidió un cambio en la forma de juego para que se aprovechen sus características, tachó de "individualistas" a alguno de sus compañeros en el ataque amarillo... La réplica no tardó en llegar. Primero fue Ballesteros quien le recordó que "la unión se demuestra en el campo". Después fue el presidente, Fernando Roig, quien cogió el toro por los cuernos: "Hay que quejarse menos y hacer más cosas. Este es un gran club y lo será más todavía y el que esté de acuerdo con nuestra filosofía, que siga, y para el que esté a disgusto, la puerta es amplia y la carretera muy grande". Blanco y en botella.

Ayer, Benito Floro puso la guinda: "Hay que hablar menos y trabajar más". Pero, a todo esto, ¿alguien recuerda que hay tres puntos en juego?