Un día después de que el Castellón rechazara la oferta de casi 300.000 euros del Alavés por Dealbert, ayer fue el Getafe el que llamó a la puerta del club para fichar a Oliva, a quien desea incorporar ya. El teléfono del director deportivo, Fernando Gómez, echa humo.

La situación, aunque diferente a la del canterano, también tiene con aquélla varios puntos en común. El catalán tiene contrato hasta el 30 de junio del 2006 y, en su caso, la cláusula de rescisión sí asciende a 1,8 millones de euros. Además, como Dealbert, el cancerbero es uno de los valores más seguros del club, por lo que su marcha, al menos a estas alturas de la temporada, es prácticamente inviable y harto complicada: o viene una oferta multimillonaria o permanecerá en La Plana como mínimo hasta que finalice la 04/05.

El Getafe, que lucha por eludir el descenso a Segunda A, no confía en Sergio Sánchez y el exalbinegro Sánchez Broto, los porteros que tiene en nómina, de ahí que se haya fijado en el que, posiblemente, sea el mejor guardameta de Segunda B. Oliva, de 28 años, cumple su tercera temporada como albinegro, siempre rayando a un altísimo nivel. A comienzos de la pasada campaña, el catalán ya amplió su vinculación contractual con el Castellón hasta el 2006.

Y, mientras, Oliva admite tener sensaciones contradictorias. "Es algo que no me esperaba, ya que no es bueno para el club que se hablen de estas cosas", señalaba. "Si acabo jugando en 1ª, será como si me hubiese tocado la lotería", añade.