Alemania se rindió ayer a la figura de Franz Beckenbauer. El presidente del comité organizador, campeón del mundo como jugador en 1974 y como entrenador en 1990, centró todos los elogios. Incluidos los de sus cuatro amigos Milla, Cruyff, Pelé y Matthaus, que sacaron las bolas de los bombos. "El equipo que puede estar más contento es Costa Rica. Es un honor jugar la inauguración", declaró. España ha elegido como sede de la concentración el mismo centro del alto rendimiento de Kamen, cerca de Dortmund, en el que la Alemania del ´Káiser´ preparó el triunfo en Italia 1990. En su octavo Mundial consecutivo, España aspira a alcanzar las semifinales. En Brasil-50 quedó cuarta.

Alemania, por contra, está obligada a, como mínimo, luchar por estar en la gran final del torneo, aunque no siempre ir en calidad de anfitrión y con todo un país detrás significa una garantía de éxito. España lo sabe bien. La selección de José Emilio Santamaría cayó en la segunda fase del Mundial 82 después de superar la primera por los pelos. El título, finalmente, se lo llevó la selección italiana.