A falta de cuatro grandes premios para la resolución del Mundial de F-1 es hora de cerrar filas. Luca Cordero de Montezemolo, el gran capo de Ferrari, ya he repartido las órdenes. Quiere el título de constructores y pilotos, y el escudo del Cavallino está por encima de los egos de los pilotos. Felipe Massa trabajó para Kimi Raikkonen la pasada temporada, y ahora le toca al finlandés --renovado un año más-- ser escudero de su compañero, así se lo acaba de comunicar a los dos pilotos.

Raikkonen, que cuenta con 20 puntos menos que su compañero, comentó tras el GP de Italia que "sólo cuando no tenga opciones matemáticas al título, entonces estaré totalmente al servicio del equipo". Sin embargo, el finlandés ya ha modificado sus palabras a su llegada a Singapur: "Creo que tenemos posibilidades de ganar las cuatro carreras que restan por disputarse y pienso darlo todo para conseguirlo y ayudar al equipo a alcanzar sus objetivos". Massa prefiere no airear el acuerdo. Sobre si espera cooperación por parte de su compañero, contesta con evasivas: "Lo que espero es hacer mi trabajo".

SIGUE EL GRAN DUELO El enemigo es McLaren y Lewis Hamilton, que se presentan en Singapur tras recibir un portazo de la FIA en su intento de apelación contra la sanción en Spa. "Fuimos al juicio para intentarlo y el resultado no fue bueno, pero seguiremos hacia adelante", explica el líder del Mundial que aventaja.en un solo punto a Massa, que ni se inmutó por los ataques de la prensa inglesa. "Aunque fuera campeón por un solo punto, sería un merecido campeón. Hay que dejar de pensar en el pasado; hay que mirar al campeonato, que está abierto", dijo el brasileño de Ferrari.

Pese a todo, lo que más preocupa en estos momentos a los pilotos es el estado del nuevo trazado urbano de Singapur. Un sector de la iluminación del circuito se quedó ayer a oscuras mientras rodaban el coche de seguridad. Y eso en una noche clara y seca. El tifón Hagupit, que ha causado víctimas mortales en Filipinas y el sur de China, se aproxima a Singapur, donde se espera que deje tormentas con un índice del 60% de probabilidad.

"El equipo tiene un pronóstico de que lloverá, pero yo cruzo los dedos para que no sea así", explica Hamilton que perdió el triunfo bajo la lluvia de Spa y Monza por una sanción y una mala elección de neumáticos.

A Fernando Alonso le importa menos, al contrario. En el GP de Italia tenía muy difícil pasar a la Q-2 sobre seco y finalizó en un brillante cuarto puesto final. "Cuando llueve no tenemos problemas siempre que vayamos solos. El problema es cuando vamos en grupo, como en la salida de Monza; el que va segundo o tercero ya no ve nada. Lo que está claro es que si llueve no vemos nada ni aquí ni en Mónaco ni en Monza. La luz no será un problema extra si hay agua", explica.

Pedro Martínez de la Rosa, probador de McLaren y presidente de la asociación de pilotos, restó importancia a la denuncia de Mark Webber (Red Bull), que pidió que se revisasen los bordillos "porque son demasiado altos, afilados y no sé si están bien fijados".