Dani Gimeno ha cogido carrerilla. Viene de ganar, por tercer año consecutivo, la Copa Sevilla, un torneo Challenger que se suma al que, una semana atrás, conquistó en tierras holandesas (Alphen). Con estos resultados, el nulense, de 28 años recién cumplidos, afronta el último tramo de la temporada 2013 con el objetivo de conseguir la mejor clasificación de su carrera: es 56º, a solo ocho puestos de su tope.

Después de una serie de altibajos relacionados con las lesiones, Gimeno optó por inscribirse en un par de Challenger. “Me hacía falta ritmo de partidos para mejorar y, afortunadamente, he podido ganar los dos últimos torneos”, comenta ya desde San Petersburgo. Allí vuelve al circuito grande con la participación en otro ATP 250, donde coincide con Roberto Bautista (62º del mundo), también de regreso a la competición. El flamante doble campeón tiene al estonio Jurgen Zopp (302º) como un asequible escollo, de no ser por el cambio de superficie, en tanto que el castellonense se las verá contra un hueso duro de roer: el serbio Janko Tipsarevic, tercer cabeza de serie y 23º en el ránking mundial.

las sENSACIONES // “Espero acabar bien el año en superficie dura, aunque no tengo tiempo para adaptarme mucho aquí, en Rusia”, señala Gimeno, que después de acabar la final sobre la tierra batida del Club de Tenis Betis (sábado por la noche), voló hacia San Petersburgo, donde ayer apenas si tuvo tiempo para adaptarse a las nuevas condiciones de la pista, ya que solo pudo entrenar por espacio de una hora. H