Ni con Ramón Moya el Castellón reacciona. Pese al cambio de entrenador y las prometedoras maneras mostradas en el debut ante el Muro, el conjunto albinegro no sale del atolladero en el que está sumergido. Ayer, los de la capital de la Plana volvieron por enésima vez de vacío de una salida, cayendo ante un Orihuela (1-0) que hizo muy poco para sumar una victoria que tampoco merecieron los orelluts, que estuvieron desaparecidos en la primera mitad y murieron en la orilla tras reaccionar en el segundo acto. Y la permanencia está ahora a cuatro puntos.

Más necesitado de puntos que nunca y con el farolillo rojo de Tercera División acechando, el Castellón necesitaba la victoria. Ramón Moya cumplió lo trabajado entre semana y varió el sistema, utilizando cinco defensas de inicio, con cuatro centrocampistas y un único delantero.

Se buscaba ser una réplica de los rivales albinegros cuando pasan por Castalia. Es decir, bien agazapados atrás y buscando sorprender al oponente a la contra o con jugadas a balón parado.

Pero a los 20 minutos, Marc Trilles tuvo que retirarse por una lesión de isquiotibiales, entrando Néstor y volviendo el equipo al 4-4-1-1 del debut de Moya.

Un contratiempo que se agravó con el tanto local, al filo de la media hora. Tras un error de Salva y el consiguiente libre indirecto, el balón transitó dentro del área con varios rechaces y un error en el intento de cazar el esférico del propio meta. Piñera fue el más listo y estableció un gol inmerecido con el que se llegó al descanso.

REACCIÓN SIN PREMIO // En la segunda mitad, Moya movió ficha, dio entrada a Rodríguez e hizo debutar a Víctor Pino. El equipo mejoró, pero apenas gozó de un par de ocasiones, en especial una de Borja Plaza. La fórmula Moya no funciona, por ahora, y el peligro de descenso es un problema más grave de lo que parece. H