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La foto del Submarino amarillo en el aeropuerto de Liverpool-John Lennon

La foto del Submarino amarillo en el aeropuerto de Liverpool-John Lennon

Es el momento de ser ambiciosos. Pero de verdad. Ni estoy contento ni triste con el emparejamiento que el bombo le deparó al Villarreal en el sorteo de semifinales de la Europa League. Ni tampoco tengo miedo, sí mucho respecto, el mismo que le dispensé al Sparta de Praga. Y no voy a celebrar nada hasta que no vea a Bruno Soriano levantando la copa de campeón en Basilea, igual que tampoco lloraré si por los dictados del fútbol, el Submarino se queda por quinta vez fuera de la final. Sólo sentiré orgullo de lo hecho hasta ahora y de este grupo de futbolistas que dirige Marcelino. Ese mismo orgullo que enarbolo para aspirar a lo máximo. Lo volvemos a tener al alcance de la mano y hay que pelear a muerte.

Todo suma. Desde una bandera en el balcón del carrer Calvari, hasta las fiestas que organizan mis amigos de Celtic Submarí para ambientar los partidos de su Villarreal, pasando por las supersticiones de Fernando Roig Negueroles o la ilusión de todos los que me han mareado en las últimas horas preguntándome cómo se puede viajar a Liverpool. Lo definiría como ilusión en letras mayúsculas. Las peticiones para apoyar al Submarino en Anfield se han desbordado y el club ya trabaja para organizar los diferentes tipos de viajes. Les iremos informando puntualmente y con detalle.

Desde mi modestia llevo mucho tiempo trabajando para que el nombre del Villarreal suene con fuerza en el mundo y siempre intento contarles todo lo que hace este club desde varios puntos de vista. Desde el sentimiento que despierta en su gente, hasta el análisis frío de las cifras que ofrece Negueroles o la radiografía técnica y táctica que traslada Marcelino, así como las sensaciones de sus jugadores. A los que trabajamos en esta profesión de contar historias nos queda un mes durísimo de trabajo, pero les puedo asegurar que nunca nos emplearemos con tanta fuerza e ilusión a esta labor que tiene mucho de vocacional como es el periodismo, como en esta nueva oportunidad de acudir a una final europea. Ahora la locura por el Villarreal ya está desatada.

Si el Submarino ya era conocido en todo el planeta, este choque contra uno de los grandes de la historia del fútbol va a multiplicar su popularidad. Tan real y bonito, como que ya toca. Sí, llega la hora de disfrutar, pero no hay que conformarse y se debe exhibir la máxima ambición. No hay otro objetivo que ganar la Europa League y para ello el primer paso es dejar fuera al Liverpool.

El Liverpool es uno de los grandes clubs del mundo. Ha ganado 18 ligas, 7 FA Cup, 5 Copas de Europa, 3 Copas de la UEFA y 8 Capital One Cup. La revista Forbes lo valoró en el 2015 como el octavo club más cotizado del planeta fútbol con 982 millones de dólares. Sus ingresos de televisión rondan los 130 millones de € y su presupuesto suma alrededor de 330 millones, según los datos que manejo.

El Villarreal es un enano que peleará contra un gigante. Siempre me vienen a la cabeza las historias de Asterix y Obelix, que me encantaban en mi niñez. Vila-real, lo digo con más orgullo que nunca, es la pequeña aldea gala que se medirá al imperio romano... Y resistirá y ganará. La pócima mágica la llevamos tomando desde hace mucho tiempo y su fórmula contiene humildad, trabajo, dedicación, pasión y también un poco de inteligencia, con un porcentaje de su ilusión, la que percibo y me transmiten todos ustedes.

En las proximidades del aeropuerto de Liverpool-John Lennon hay un Submarino amarillo, como homenaje a The Beatles, verdadero símbolo de la ciudad. Ya imagino la foto para el recuerdo de cientos de hinchas amarillos celebrando la vuelta a Vila-real inmortalizando la clasificación para Basilea. Ya la tenemos preparada, dentro de 30 años será una buena imagen para el archivo del Villarreal... pero primero hay que llenar el Madrigal. Endavant! H

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