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La renovación de Ramírez, sujeta ahora a un acuerdo económico

Club y entrenador, que quedan emplazados al lunes, acercan posturas tras un maratoniano día de negociaciones

Pues tampoco fue ayer ni, posiblemente, hoy ni mañana. Para conocer si Kiko Ramírez sigue como entrenador del Castellón, habrá que esperar al lunes. Club y entrenador han quedado emplazados a pasado mañana para continuar negociando la renovación del tarraconense, después de un maratoniano día de reuniones. Una semana después de quedarse a un gol (o, incluso menos, a un penalti) de subir a Segunda B, el proyecto de futuro del Castellón continúa prácticamente igual, con todo en el aire, a menos de dos semanas para el arranque de la pretemporada.

El viernes comenzó con la reunión del consejo de administración en Castalia. Mientras, el técnico aguardaba que le comunicasen la decisión. A primera hora de la tarde, el director general, Jordi Bruixola, le trasladaba los acuerdos de la misma y le citaba para poco después, en el estadio, en otro encuentro que mantuvo ya con David Cruz presente.

Al término de la misma, las partes se impusieron un silencio que durará todo el fin de semana. Entre otras cosas, porque Ramírez asiste a un importante acontecimiento familiar. No tendrá más remedio que aprovechar la coyuntura para consultar con sus más allegados la última propuesta del club, pues ahora parece que el principal caballo de batalla sea el aspecto económico, debido a las limitaciones presupuestarias del club, que no solamente afectarán al inquilino del banquillo.

buena voluntad // Hay buena voluntad entre ambos, pero son unas negociaciones difíciles. No solo por los emolumentos a percibir, sino también porque Ramírez espera contar con un proyecto que le ofrezca garantías de volver a pelear por el ascenso y, sobre todo, plenos poderes en la parcela deportiva, lo que provoca un conflicto de intereses con el responsable de la misma, Ramón Moya, con quien tiene una relación inexistente después de tiras y aflojas durante la campaña.

Mientras, los jugadores (porque Moya ya ha contactado con algunos, a la hora de evaluar los que pueden seguir y los que no) también aguardan el desenlace de estas negociaciones a la hora tener más argumentos de peso. La renovación de Ramírez, que cuenta con el respaldo unánime de plantilla, empleados del club y, sobre todo, seguidores, es mucho más que la continuidad del entrenador. Se trata de definir el modelo de club y no crear un alarmante cisma en la afición. H

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