Todo un búnker

Un policía por cada 15 espectadores. Es el promedio aproximado de miembros de seguridad por cada aficionado que estuvo en el Osmanli Stadi de Ankara para presenciar el tercer partido de la fase de grupos de la Europa League. El Villarreal jugó por tanto en un estadio búnker con alrededor de 1.200 agentes, entre la seguridad privada (533), guardias (580) y policía secreta. La amenaza latente de un atentado obligó a un despliegue impresionante de medios para velar por la seguridad de todos los asistentes, incluyendo registros minuciosos y estrecha vigilancia a cualquier circunstancia sospechosa.

Comida de gala

El Villarreal fue invitado ayer a comer a la embajada española en Turquía. La delegación amarilla, con el vicepresidente José Manuel Llaneza al frente, departió así con el embajador Rafael Mendívil. Como se ve en la imagen, club y embajada se obsequiaron con diferentes regalos como un submarino de cerámica y una camiseta. A la comida no faltó el miembro del departamento de relaciones externas del club, Marcos Senna.

Entrenamiento en Ankara

El Villarreal se ejercitará en el día de hoy en Ankara. No lo hizo curiosamente el miércoles como viene siendo habitual en competición europea por la lejanía de la capital turca. Tras la sesión matutina, la expedición amarilla regresará a la provincia, con llegada al aeropuerto de Castellón prevista a las 16.30 horas, aproximadamente. Mañana, a las 10.30 horas, el equipo entrenará a puerta cerrada en El Madrigal en el que será único entrenamiento previo al partido del domingo contra Las Palmas en Vila-real. H