El Submarino tiene, a primera hora de esta tarde (13.00 horas, beIN LaLiga), la oportunidad de poner un cierre de Champions al 2016. De conquistar los tres puntos en El Molinón terminará el año en la cuarta posición, lo cual no es nada desdeñable habida cuenta de la marejada producida por la destitución de Marcelino García Toral en el mes de agosto y todo lo que supuso este viraje. Curiosamente, la situación del entrenador asturiano comenzó a tambalearse a raíz del último partido de la pasada temporada en Gijón, un encuentro que generó ríos de tinta, cruces de declaraciones... agrietando la por entonces sólida figura de Marcelino en el banquillo del Madrigal. Pero eso es agua pasada y este nuevo Sporting-Villarreal tiene muy poco que ver con el de la despedida del pasado campeonato.

El Villarreal pasa de cerrar la 15ª jornada a casi abrir la 16ª (lo hizo anoche, con el Alavés-Betis), última del 2016. Sin embargo, todavía habrá fútbol antes del cambio de año, porque los amarillos deberán cumplimentar, el martes, la vuelta de los dieciseisavos de final de la Copa del Rey, convertido en un trámite a raíz del 0-3 en el Salto del Caballo. Superadas las tres jornadas sin ganar (solo un empate) y, sobre todo, el susto en la Europa League, donde el Submarino tuvo que pelear por el billete para las eliminatorias hasta el último suspiro del partido final de la liguilla, ese bache, habitual en una temporada tan larga, ha liberado a los amarillos, que vienen de ofrecer una de sus mejores versiones para minimizar al Atlético (3-0). Aparcada la competición europea durante algo más de un par de meses (el cruce contra el Roma está lejos), el Submarino no deja de simultanear dos competiciones, porque el torneo del KO toma el testigo ahora para alternar con el esprint postrero de la primera vuelta y el arranque de la segunda.

EL PROBLEMA A DOMICILIO / Los de Fran Escribá se ejercitaron ayer, a puerta cerrada, en El Madrigal. No lo hizo con excesivas buenas noticias, puesto que ni tan siquiera Rukavina, que parecía ya en condiciones de volver, ha llegado a tiempo para la cita, lo que ha obligado al técnico a convocar a dos jugadores del filial —el mediapunta Leo Suárez y el delantero Mario González— para el partido en El Molinón.

A pesar del cúmulo de ausencias, Fran Escribá espera una reacción en los encuentros lejos del Madrigal, ya que ayer vino a decir que no pueden vivir solo del Madrigal. La ausencia de victorias a domicilio en la Europa League complicó, y de qué manera, su billete para los dieciseisavos de final. Y en la Liga, esa cuarta plaza actual sería muy mejorable con algún triunfo más fuera de casa. De hecho, si el Villarreal no vence hoy en Gijón, cerrará un trimestre, todo el otoño, sin traerse los tres puntos a casa, pues no vence más allá de las fronteras amarillas desde el 0-2 de Málaga (10 de septiembre), en su único éxito como forastero (con el 0-3 de la Copa del Rey en Toledo aparte).

En Europa, los amarillos saldaron sus tres desplazamientos (Steaua, Osmanlispor y Zürich) con empates, mientras que, en la competición doméstica, el balance es el de ese citado triunfo en La Rosaleda; las igualadas en las salidas a Granada, el Santiago Bernabéu, Cornellà-El Prat y Leganés; y los dos traspiés en Euskadi, ante el Eibar y el Athletic.