El Slavia Praga-Villarreal, una ‘final’ en plena liguilla

Cuando a finales del pasado mes de agosto se conoció el desenlace del sorteo de la fase de grupos de la Europa League 2017/2018 muy pocos esperaban que una vez pasado el ecuador de la misma el Villarreal seguiría pendiente de amarrar sus opciones en la competición, no solo de conseguir la primera plaza del grupo que comparte con el Slavia Praga (República Checa), Maccabi Tel Aviv (Israel) y Astana (Kazajistán). El grupo A parecía lo suficientemente asequible como para, a estas alturas, tener el pase a dieciseisavos, si no completamente, perfectamente encarrilado. Pero esta temporada no ha diferido en nada de las dos anteriores y el conjunto amarillo no ha logrado marcar diferencias ante rivales varios escalones por debajo en el ránking de la UEFA.

Así, el choque del próximo jueves (19.00 horas) en Praga se presenta como una final anticipada en plena liguilla. Los de Javier Calleja tienen prohibido fallar ante el Slavia, el equipo con el que comparte el liderato del grupo con cinco puntos, pero a solo uno de distancia del Astana, el equipo que en estos momentos marca la frontera entre seguir vivo en la competición continental o abandonarla a las primeras de cambio. Con la normativa UEFA en la mano, a los amarillos incluso no les podría valer el empate en el Eden Arena para seguir en las dos primeras plazas que dan acceso a los dieciseisavos de final de la Europa League.

En caso de una igualada a menos de dos goles, el Slavia superaría al Submarino en la clasificación gracias al mayor número de goles marcados fuera de casa (2-2 en el Estadio de la Cerámica) en los encuentros disputados entre ambos, el cuarto criterio para deshacer un empate que tiene en cuenta el organismo europeo, ya que en los tres primeros —puntos, diferencia de goles y goles a favor entre equipos implicados— estarían a la par. Si esta circunstancia se uniera a un hipotético triunfo del Astana en Israel, el Villarreal quedaría momentáneamente fuera del torneo.

LOS PLANES DE CALLEJA / Así, la condición de final anticipada del Slavia-Villarreal llevaría a Calleja a romper la tónica de cambios masivos en las otras dos competiciones con respecto al once de la Liga, especialmente en las posiciones más ofensivas, en las que el equipo ha acusado la suplencia de Bakambu —su máximo goleador con nueve tantos— en sus anteriores compromisos europeos y de Copa, en los que el Submarino se quedó con el cero inicial en sus visitas a Israel y Ponferrada.

En su primera rotación al frente del Villarreal —en el encuentro ante el Slavia en casa que sucedió al choque liguero en Girona—, Calleja varió seis posiciones. Hasta 10 fueron los cambios introducidos en la Copa, en la que solo Castillejo se mantuvo del once que solo tres días atrás goleó a la UD Las Palmas en la Liga.

AÑO Y MEDIO INVICTOS / Al once de plenas garantía que el técnico groguet pondría en liza en Praga, el Villarreal sumaría otro aval en esta competición continental, en las que no cede una derrota a domicilio desde hace más de un año. La última data de mayo del 2016, en la vuelta de la semifinal ante el Liverpool. Desde entonces, una victoria —la intrascendente ante la Roma (0-1)— y cuatro empates: Steaua (1-1), Osmanlispor (2-2), Zúrich (1-1) y, ya esta temporada y con Calleja en el banquillo, Maccabi (0-0). El problema es que, esta vez, el empate puede no bastar. Todo lo que no sea ganar al Slavia podría llevar a una dramática segunda finalísima a 7.000 kilómetros de distancia en la fría Astaná.