El automovilismo es un deporte en el que no siempre los mejores pueden correr en las disciplinas más punteras. Hace falta dinero, patrocinadores, padrinos... Algo de lo que Roberto Merhi (31 años) ha adolecido a lo largo de su variada y pintoresca carrera, lo que le ha impedido asentarse en la Fórmula 1 (14 carreras en 2015) o la Fórmula 2 (20 en 2018), a la que ha vuelto ahora, de la mano de la escudería Campos Racing, para sustituir temporalmente al suizo Ralph Boschung.
Después de su heroico podio en el circuito Red Bull Ring de Austria (fue relegado a la tercera posición por una polémica sanción de cinco segundos, tras haber acabado segundo... habiendo saliendo desde la 21ª plaza), Merhi afronta este fin de semana, posiblemente, su última oportunidad, ante el inminente regreso del helvético tras superar sus problemas en el cuello (apunta a estar ya en pocos días en Hungaroring).
Toma de contacto
No está teniendo suerte en el Gran Premio de Francia: se clasificó 15º para la carrera al esprint, que no pudo terminar este sábado después de ser embestido por el brasileño Enzo Fittipaldi (nieto del mítico Emerson Fittipaldi, doble ganador de la F1) en el circuito de Paul Ricard, lo que le dañó el coche, el MoonMobile Dallara F2, cara a la carrera de principal de este domingo (10.00 horas, DAZN), con parada en boxes obligatoria para el cambio de neumáticos.
Trazado exigente
Paul Ricard, escenario también del Gran Premio de Francia de Fórmula 1, es un circuito exigente para las gomas debido a las fuerzas laterales, sin duda el aspecto más adverso por encima de las frenadas o las aceleraciones. Pese a que el trazado fue construido en 1969 y albergó grandes premios de F1 durante décadas, Magny-Cours le sustituyó en el calendario desde 1991.
Después de una prolongada ausencia, Paul Ricard regresó en 2018, aunque con cambios sustanciales respecto a su configuración original. Así, la icónica recta de Mistral está ahora separada en dos zonas con una chicane en su parte intermedia. Los coches utilizan una carga aerodinámica media y, tradicionalmente, suele ser muy duro para las máquinas, pero también para los pilotos, debido a las altísimas temperaturas que se están registrando en la zona.
