En la misma semana, en pocos días, en cuestión de horas, Sergio García ha vivido la cara y la cruz deportiva. Su equipo, Fireballs, ha sido el mejor del torneo de Bangkok, dentro del nuevo (de este año), polémico (porque ha roto el status quo de un deporte que tanto hunde su esencia las raíces) y millonario (por el apoyo de los petrodólares saudíes) circuito de las LIV Series (54 en números romanos, porque los torneos duran tres días en vez de cuatro, reduciendo los hoyos de 72 a 54). Por otro lado, su presencia en esta llamada Superliga del Golf le ha obligado a reducir tanto su presencia en los torneos del circuito europeo, que no sumará los requisitos suficientes como para retener su tarjeta. ¿Consecuencia? No estará en la próxima Ryder, cuando el borriolense es una de las leyendas de esta competición bianual entre el viejo continente y Estados Unidos, uno de los golfistas que más puntos ha logrado.

Muchos señalan a Sergio como el mentor de la nueva estrella del golf español, Eugenio López-Chacarra, que viene de adjudicarse el torneo de Tailandia, confirmando su salto a la élite en su quinto torneo de las LIV Series. El madrileño, de 22 años y con apenas cinco meses como profesional, se anota su primer título y se embolsa casi cinco millones de dólares como premio (poco más de cuatro millones de euros), mientras que Jon Rahm, el vencedor en el Open de España del circuito europeo, no llegará a los 300.000 euros.

Formado en la Universidad de Oklahoma (EEUU), López-Chacarra dejó de ser amateur a finales de junio, fichado entonces por la liga saudí a cambio de 10 millones de dólares por un periodo de dos años; y cinco más por un tercero en función de los resultados.

El enfrentamiento

Las LIV Series están abiertamente enfrentadas con el PGA Tour y el DP World Tour (circuito europeo), ofreciendo premios en dinero sustancialmente más elevados y por su política de reclutamiento de jugadores, que ha creado un cisma en el deporte. Algunas de las grandes estrellas han optado por enrolarse en ellas, como es el caso de Sergio García, aunque eso represente quedar excluidos del resto de circuitos. El borriolense terminó 20º en Bangkok, a 11 golpes de ganador.

No es 'elegible'

El vencedor de seis de las 10 ediciones en las que ha participado (todas las de su carrera menos la del 2010), que ha sumado 28,5 puntos para Europa, no estará el 2023 en Roma, a no ser que se rompan las normas de elegibilidad de los jugadores.

Sergio no se ha inscrito para el Mallorca Open (20 a 23 de octubre), el último torneo que no coincidía con su calendario en el LIV. La normativa de la Ryder exige que para que un jugador sea elegible, debe disputar al menos cuatro torneos fuera de los majors y los Campeonatos del Mundo del ahora denominado DP World Tour; y que uno de ellos sea en su país (si no cumple este último supuesto, el número de torneos requeridos son seis). Registros que ya no están al alcance para el de La Coma.