Los ministros de Economía y Finanzas de la zona euro mantenían anoche intensas discusiones sobre el rescate financiero de Grecia, sin acabar de llegar a un acuerdo, ni siquiera sobre la entrega del préstamos previsto de 12.000 millones de euros que el país necesita para evitar la inmediata suspensión de pagos. Las discusiones del Eurogrupo continuarán hoy, anunció su presidente, el primer ministro luxemburgués, Jean-Claude Juncker, tras descartar un acuerdo durante la noche.

La indecisión de la Unión Europea (UE) sobre cómo resolver la crisis griega está penalizando a otros países de la zona euro con un elevado déficit público, como España, que se ve obligada a pagar un sobrecoste en su deuda de 2,64 puntos porcentuales por encima del bono de referencia alemán. La reunión extraordinaria del Eurogrupo de ayer es la segunda que se realiza en tan solo cinco días.

DESCONFIANZA HACIA GRECIA Las dificultades del propio Gobierno griego para asegurarse el respaldo parlamentario al draconiano plan de ajuste adicional exigido por la UE y el Fondo Monetario Internacional (FMI) y sus sucesivas demoras a la puesta en marcha del prometido plan de privatizaciones han generado una creciente desconfianza hacia Grecia entre sus socios europeos. "Lo importante no es lo que ocurra aquí en el Eurogrupo, sino en Atenas. Grecia debe cumplir las condiciones necesarias para que sea posible la entrega del nuevo tramo de los préstamos", señaló el ministro alemán de Finanzas, Wolgang Schäuble.

El ministro holandés de Finanzas, Jan Kees De Jager, insistió también en que la entrega de esos 12.000 millones de euros (el quinto tramo del paquete de 110.000 millones de ayuda aprobado en mayo del año pasado por parte de la UE y el FMI) "depende de la aplicación por parte de Grecia de todas las medidas de austeridad exigidas".

La autorización para entregar esos 12.000 millones se está demorando porque Grecia ha retrasado, injustificadamente en opinión de sus socios europeos, las reformas y privatizaciones previstas y porque su déficit público no se está reduciendo como estaba previsto.

Los países europeos más rigurosos, como Alemania, Holanda y Finlandia, tienen serias dudas de que Grecia aplique los nuevos compromisos asumidos para realizar el ajuste adicional presupuestario de 6.400 millones este año y para poner en marcha las reformas prometidas una vez reciba la ayuda que le permitirá sobrevivir tres meses más.

PROMESAS GRIEGAS El recién nombrado ministro griego de Finanzas, Evangelos Venizelos, acudió al Eurogrupo para reafirmar a sus socios "el firme compromiso del Gobierno y la firme voluntad del pueblo griego de aplicar el programa" de ajuste. Sin embargo, los debates en el Parlamento griego y las masivas protestas en las calles del país parecen desmentir ese respaldo de la población a esas medidas tan impopulares e injustas socialmente.

En el Eurogrupo, varios países, como España y Francia, defendieron que se apruebe la entrega de los 12.000 millones previstos para Grecia sin más demoras para tranquilizar a los mercados y limitar el daño que esta situación causa al conjunto de la zona euro. En medios comunitarios se confiaba en que el Eurogrupo alcance hoy un compromiso para desbloquear esos préstamos y dar un respiro financiero a Grecia.

El paquete de rescate adicional para asegurar la supervivencia financiera de Grecia hasta el 2014 se encuentra encallado en cómo lograr una "contribución voluntaria" de la banca y los inversores privados al plan de salvamento, que sea "substancial", como quiere Alemania, sin que deje de ser "voluntaria", para evitar que se califique de suspensión de pagos por parte de las agencias de calificación (rating). "Estamos discutiendo de plazos y cantidades", indicaron fuentes diplomáticas.