La huelga general convocada en Bélgica contra los ajustes y recortes del Gobierno paralizó ayer el transporte público, los trenes internacionales, el puerto de Amberes, la industria y las grandes empresas. El aeropuerto de Charleroi estuvo cerrado y se suprimió el 10% de los vuelos del aeropuerto de Bruselas. Los líderes de la UE tuvieron que aterrizar en una base militar, pero como la ruta no estaba bloqueada pudieron llegar en coche a la cumbre sin necesidad de recurrir a helicópteros.