Josu Jon Imaz admitió ayer que sería "razonable" arrancar la legislatura con un Gobierno en minoría a la espera de que, más adelante, se pudiera consolidar algún acuerdo más amplio. El presidente del PNV evitó ayer, en su primera valoración de los resultados electorales, manifestar preferencias sobre eventuales socios de Gobierno, pero sí subrayó que el pacto para la gobernabilidad deberá ir ligado a "grandes acuerdos" sobre la pacificación y la normalización política.

El hecho de que el PNV pretenda abordar cuestiones vinculadas a la paz y al autogobierno, que han enfrentado sistemáticamente a los partidos, supondrá una dificultad añadida a la búsqueda de un pacto de Gobierno. Imaz dió por sentado el "complejo panorama" en el que la coalición nacionalista intentará fraguar un nuevo Ejecutivo, pero enfatizó que asume "el reto".

ELOGIOS Imaz no intentó disimular el varapalo sufrido por PNV-EA, que ha perdido 4 escaños y 140.000 votos. "Los resultados no son tan buenos como cabía esperar", confesó. No obstante, añadió que contar con "casi el 40%" de los votos refleja un "liderazgo" para la coalición que cree salir reforzada como "eje central" de la sociedad vasca.

El líder del PNV admitió el retroceso electoral, pero evitó imputárselo a Juan José Ibarretxe. "Uno de los principales activos ha sido el candidato", recalcó el presidente, que consideró "disparatado" que alguien pueda cuestionarle. Imaz defendió el "gran valor" de la figura de Ibarretxe --"por eso tratan de atacarle"-- y también del plan avalado por el lendakari, aunque evitó reivindicarlo como eje de la negociación que ahora se abre.

Así, se limitó a recordar que el plan "está depositado" en el Parlamento con un apoyo de 39 votos y a la espera de que otra propuesta pueda concitar más apoyos. Recordó que el plan forma parte del programa de la coalición que "se pondrá sobre la mesa" a la hora de buscar alianzas. "No partimos de cero ni vamos con papeles en blanco", dijo.

OPCIONES Imaz eludió marcar preferencias sobre futuros aliados. "Hablaremos con todos, sin exclusiones", afirmó para señalar que no "descarta" nada, salvo la convocatoria de nuevas elecciones. Una opción improbable, pero no descartable si por la aritmética parlamentaria y la voluntad del PSE se llegara a una situación de bloqueo con un empate a 33 diputados entre Ibarretxe (apoyado por el actual tripartito y Aralar) y los del líder del PSE (los suyos y los del PP).

Imaz negó representar al sector del PNV más proclive al entendimiento con el PSE. Reconoció que será durante las conversaciones con los representantes del Partido Comunista de las Tierras Vascas (EHAK) cuando se podrá clarificar si es o no "suficiente" el compromiso de este partido contra la violencia.

Ibarretxe comenzará el lunes su ronda de contactos con María San Gil y Patxi López. El martes recibirá a EHAK, Aralar y Ezker Batua, y el miércoles, a Imaz y a Begoña Errazti, de EA.