Operación 'Guardián de la Prosperidad'

España espera a la UE o la OTAN para decidir si manda barcos de guerra al mar Rojo

Un 40% del comercio mundial transita por el estrecho de Bab Al Mandab

La ministra de Defensa, Margarita Robles, con la dotación de la fragata Méndez Núñez este lunes en aguas de Málaga.

La ministra de Defensa, Margarita Robles, con la dotación de la fragata Méndez Núñez este lunes en aguas de Málaga. / MINISDEF

Juan José Fernández

España está a la espera de una decisión que pueda tomar la Unión Europea o la OTAN antes de implicarse unilateralmente en la operación Prosperity Guardian contra los ataques al tráfico comercial en el mar Rojo, indican a este diario fuentes de Defensa. En la mañana de este martes, el ministerio del que es titular Margarita Robles ha salido así al paso de una declaración del Departamento de Defensa estadounidense que incluía a este país en una coalición naval liderada por Estados Unidos.

La ministra portavoz, Pilar Alegría, ha enfatizado ese aspecto de la no unilateralidad en rueda de prensa tras el Consejo de Ministros: España no enviará buques de guerra al mar Rojo fuera dle marco de un acuerdo de la UE o una decisión de la Alianza Atlántica

Una intervención militar de España en esa alianza estaría bien vista por Asuntos Exteriores, indican altas fuentes de ese ministerio, pero tanto en Exteriores como en Defensa se está a la espera también de informes de los expertos diplomáticos y militares sobre riesgos y ventajas de entrar en "un escenario muy caliente", indican estas fuentes.

En ambos departamentos explican que, no obstante, una vez escuchados los expertos, tiene la última palabra el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.

EEUU lo dijo

Tanto en Defensa como en Exteriores niegan haber recibido este lunes llamada alguna de autoridades norteamericanas sobre esta operación. "Nos hemos despertado con la noticia del comunicado", abundan en Defensa.

En la pasada madrugada -hora de este lado del Atlántico- el gobierno de Estados Unidos publicó una declaración del secretario de Defensa, Lloyd J. Austin, según la cual "la Operación Guardián de la Prosperidad reúne a varios países, incluidos el Reino Unido, Bahréin, Canadá, Francia, Italia, Países Bajos, Noruega, Seychelles y España". Austin explica en su declaración que esos estados se alían "para abordar conjuntamente los desafíos de seguridad en el sur del mar Rojo y el Golfo de Adén, con el objetivo de garantizar la libertad de navegación para todos los países y reforzar la seguridad y la prosperidad regionales".

Lo dice Austin después de considerar que "la reciente escalada de ataques imprudentes de los hutíes procedentes de Yemen amenaza el libre flujo del comercio, pone en peligro a marineros inocentes y viola el derecho internacional".

El comunicado ha causado sorpresa en Defensa. Este lunes, durante una visita a la fragata Méndez Núñez en Málaga, la ministra Robles había descartado que España fuera a implicarse en operaciones navales en el mar Rojo. Sí lo hace en el cuerno de África y el Océano Índico en la Operación Atalanta de la UE contra la piratería.

En esa misión, España es la potencia mayor contribuyente a la flota EUNAVFOR, aportando dos buques de guerra en periodos intermonzónicos y uno cuando hay monzón, y un despliegue de aviones y militares de patrulla marítima con base en Yibuti (Somalia) que rota cada seis meses. Actualmente navega en esas aguas la fragata Victoria y da apoyo aéreo el Destacamento Aéreo Orión.

Posición diplomática

En este compás de espera, el ministro José Manuel Albares sí está de acuerdo con "el principio fundamental de libertad de navegación" que inspira a la iniciativa norteamericana de liderar un despliegue naval contra los ataques en el mar Rojo, si bien en su departamento se está a la opinión de Defensa, "que conoce el teatro de operaciones".

Desde el inicio de la guerra entre Israel y Hamás, el lanzamiento de cochetes contra buques por parte de los hutíes de Yemen busca paralizar el tráfico de hacia el canal de Suez. Importantes compañías de tráfico marítimo, como Maersk, han desviado por el cabo de Buena Esperanza el envío de contenedores desde Asia hacia Europa hasta que el mar Rojo sea seguro.

Este lunes, dos ataques desde Yemen a dos buques fletados por compañías israelís fueron reivindicados por el portavoz militar hutí, el general de brigada Yahya Sare. El Ansarulá, nombre del movimiento islamista hutí, ha aconsejado a los países occidentales no participar en la misión que monta Estados Unidos, asegurando que cualquier iniciativa en ese sentido será respondida.

Fuentes militares explican a este diario que asegurar el estrecho de Bab al Madab, donde el mar se achica entre el cuerno de África y la panínsula arábiga, es "una operación de mucha envergadura" que no solo implica a unidades navales, pues la mayoría de los ataques con cohetes tienen origen en el interior de Yemen, lejos de la costa ante Yibuti. Sin ataques preventivos para neutralizar la fuerza hutí en sus bases, las unidades navales que se sitúen en la zona estarán a tiro a corta distancia de los cohetes y pueden ser objetivo de rápidos sabotajes acuáticos.

Casi la mitad del comercio mundial pasa por ese punto, donde los hutís han acreditado capacidad para alcanzar con misiles y drones a los buques que, en su opinión, sirven a intereses israelís o se dirigen a puertos de Israel. Algunas de esas armas son adaptaciones casi artesanales de otros cohetes chinos o iranís, pero con igual capacidad explosiva.

El ataque a un petrolero noruego hace una semana ha sido el punto de inflexión de esta crisis. El buque Strinda, carguero de hidrocarburos y productos químicos, fue alcanzado el día 12 por un misil de crucero lanzado desde territorio yemení controlado por los hutís, según confirmaron portavoces del Comando Central del ejército norteamericano.

El Strinda no servía a Israel, aseveró la misma fuente. El ataque ha acreditado que no solo barcos fletados, abanderados o contratados por Israel están en peligro. Pero antes de una implicación española en la operación naval Prosperity Guardian "debe evaluarse, lógicamente, quiénes participan, qué fuerzas corresponde aportar a cada gobierno y qué riesgos se afrontan", indican las mencionadas fuentes de Exteriores, en alusión a los informes de expertos, que ya han sido encargados en ese ministerio y en Defensa.