Debate estatal

La influencia ‘invisible’ de Compromís

La dirección defiende que tener más "capacidad de presión" mientras hay quienes lamentan pérdida de notoriedad

La secretaria general de Més y coportavoz de Compromís, Agueda Micó, en el Congreso de los Diputados, a 28 de noviembre de 2023, en Madrid (España).

La secretaria general de Més y coportavoz de Compromís, Agueda Micó, en el Congreso de los Diputados, a 28 de noviembre de 2023, en Madrid (España). / Fernando Sánchez - Europa Press

Diego Aitor San José

Repercusión, notoriedad y visibilidad podrían ser tres sinónimos dentro de la jerga política para hablar de la influencia, elemento ansiado para cualquier partido. Más para una fuerza periférica como Compromís dentro del siempre centrífugo debate estatal. Sin embargo, los matices son importantes y en ese juego de malabares entre los cuatro términos que no tienen ningún tipo de medición objetiva, los valencianistas afrontan su propia paradoja de Pepito Grillo, ese personaje minúsculo que susurra al oído con la idea de que sus indicaciones sean atendidas.

Con la legislatura todavía en sus primeros pasos, la mayoría de fuentes consultadas señalan que aún es pronto para saber los resultados que tendrá la apuesta de Compromís de afrontar el actual mandato bajo el paraguas de Sumar. Sin embargo, la semana pasada bien ha podido ser una pequeña muestra de los pros y los contras con Junts y Podemos llevándose titulares con medidas forzadas a cambio de sus votos, la negativa mostrada por PP y PSOE a apoyar la enmienda sobre el derecho civil valenciano o la entrega por parte del Ministerio de Cultura de la Medalla de Oro al Mérito de Bellas Artes a Bromera.

"Ahora tenemos mejores condiciones para sacar más rédito", defiende la diputada de Compromís y portavoz adjunta del Grupo Plurinacional Sumar, Àgueda Micó. La parlamentaria admite que hay una pérdida de visibilidad de la formación en debates como las sesiones de investidura y que influye la sustitución por Joan Baldoví quien llevaba 12 años en Madrid y tenía su propio espacio, pero reivindica que en el resto de plenos, o bien ella o bien su compañero, Alberto Ibáñez, han participado en algunos de los puntos y que todavía están en el inicio de una legislatura en la que consideran que irán ganando protagonismo.

No obstante, hay voces críticas dentro de la coalición que ahondan en esa pérdida de notoriedad al actuar diluidos en un grupo de carácter estatal. "Ya sabíamos que la visibilidad iba a ser nula", señalan al tiempo que lamentan que en apenas cuatro meses de legislatura se haya autorizado la ampliación del Puerto de València y se vaya a rechazar la enmienda del derecho civil, cuestiones que, por su parte, Micó replica que "PP y PSOE habrían sacado igual". "Si PP y PSOE se ponen de acuerdo, da igual dónde estemos", indica.

Pero el runrún entre las bases más nacionalistas es continuo y se ve en redes sociales. A principios de semana le preguntaron al síndic en las Corts a quién apoyaba Compromís en las elecciones a la Xunta, si BNG o Sumar. Más allá del hipotético respaldo electoral, ante el que se puso de perfil generando cierto malestar en los sectores más nacionalistas, las dos formaciones representan los dos roles entre los que se debaten los valencianistas para ejercer dentro de la mayoría progresista que sustenta al Gobierno.

El BNG está en el Grupo Mixto, es socio del Ejecutivo, pero no está dentro de él ni tiene vinculación con Sumar, lo que, según fuentes del sector más nacionalista de Compromís, permite obtener más libertad en las votaciones, forzar alguna negociación bilateral con el Gobierno cuando su voto sea determinante y tener visibilidad en ciertos debates. «Aún es pronto», pero la comparación será constante, incluso en su resultado el 18 de febrero. Aunque el foco está en los Presupuestos.

Es ahí donde los representantes de la coalición valencianista que están en las instituciones parlamentarias estatales confían que se notará su influencia. "Es el momento más importante, la primera gran prueba", coincide Micó quien se muestra optimista porque, explica, al formar parte de Sumar «nuestras reivindicaciones no son de dos o cuatro diputados, somos 26». "La acción concreta está en el pacto de gobernabilidad", expresa la diputada que recuerda que en este se incluyeron medidas como el fondo de nivelación de la financiación o la mejora de las Cercanías. Con ese papel en la mano como ejemplo insiste: "Tenemos más capacidad de presión".

Enric Morera aterriza la acción de los valencianistas en este inicio de legislatura y asegura que cada vez que ve a Feijóo y Santiago Abascal en la oposición "se visualiza que estamos siendo útiles". "Y no es lo mismo que le den la Medalla de Oro al Mérito de Bellas Artes a Bromera que al Toro de Lidia", añade destacando la influencia de los valencianistas en la insignia dada por el ministro de Cultura, Ernest Urtasun, perteneciente a la cuota de Sumar, como uno de los ejemplos de lo que se puede lograr en esa presión silenciosa fuera de cámaras.

El representante de Compromís en el Senado y expresident de las Corts defiende que la "nueva coyuntura" pasa por la "cooperación" para lograr "ser útiles", calificativo que repite en varias ocasiones. Así, reivindica dar apoyo al Gobierno "sin hacer el indio", lo que Morera llama "arreglar las partidas en la caseta". Es más, reflexiona que la visibilidad o la repercusión "se consigue de muchas maneras", pero que esta no siempre lleva a "efectos prácticos", objetivo en el que, dice está la coalición. "Es como el PNV, que apenas hace ruido y siempre saca algo", sentencia.

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