Benicàssim despide a Pepe Soria, su carnicero sublime

Fallece a los 88 años como consecuencia de una enfermedad, pero en paz y arropado por toda su familia. 

Pepe Soria

Pepe Soria / E. Bellido

Benicàssim despide a su carnicero más sublime, Pepe Soria, que falleció este miércoles a los 88 años como consecuencia de una enfermedad, pero en paz y arropado por toda su familia

«Un padre y abuelo estupendo, muy amigo de sus amigos y, aunque de apariencia seria, con gran sentido del humor», así le recuerda su hija Chelo. Y es que Pepe deja un amor incalculable de toda una familia tremendamente orgullosa de su forma de ser y trayectoria en la vida, su esposa María, sus dos hijos, Chelo y Miguel Ángel, y sus nietos Javier y Pablo, que eran su alegría. 

«Era muy buena persona, con unos grandes valores, buen hombre, en definitiva buena gente, generoso y siempre dispuesto a ayudar», relata también con cariño su yerno Paco, al frente de la clínica veterinaria Blázquez, de la calle Ilustración. 

La carnicería J. Soria permaneció abierta en el centro del pueblo (calle Santo Tomás, 105) durante cuatro décadas, desde julio de 1968 hasta septiembre del 2009, siendo conocida como una de las mejores de Benicàssim y así lo atestiguaban las largas colas que se formaban antes de abrir el negocio, con producto de primera calidad y de elaboración propia, como sus sabrosas longanizas y morcillas. Junto a su mujer, Pepe formaba la tercera generación de carniceros de la familia.

Desde Cabanes, ambos se trasladaron hasta Benicàssim recién casados en el 68 para coger la del tío Bautista El Gallo. Tras su jubilación, todavía siguió ayudando en la rebotica desde las 6 de la mañana. Después, su pasión fue el huerto en la Ribera de Cabanes, con mandarinas, naranjas, limones y verduras. Siempre descansará allí. DEP.