Donald Trump renegociará el Acuerdo de Libre Comercio de Norteamérica (NAFTA), el tratado que entrelaza las economías de Estados Unidos, México y Canadá desde 1994 y que Donald Trump ha descrito habitualmente como «una catástrofe». Después de que la prensa publicara el miércoles que la Casa Blanca se disponía a suspender de forma inmediata la participación de Washington en el tratado, el presidente anunció todo lo contrario tras hablar por teléfono con los líderes de sus socios comerciales. «Hemos acordado no cancelar el NAFTA por el momento», dijo en un comunicado. La decisión es un golpe más para los sectores populistas de su Administración, ya muy acostumbrados a ver como Trump renuncia a sus bravatas nacionalistas para plegarse en el último momento a los intereses de la ortodoxia republicana.

Trump habló con el presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, y el primer ministro canadiense, Justin Trudeau. «Los tres líderes han acordado proceder con premura, de acuerdo a los procedimientos internos, para que la renegociación del NAFTA beneficie a los tres países», añadió el comunicado de la Casa Blanca. El anuncio frenó un nuevo descalabro del peso mexicano, que volvió a caer a medida que tomaban cuerpo los rumores de la inmediata suspensión del acuerdo firmado en su día por Bill Clinton. Trump lo ha presentado como una calamidad para los trabajadores estadounidenses y en su contrato para los primeros 100 días de su Administración prometió renegociarlo o derogarlo si no fuera posible mejorar sus términos.