El Gordo en Castelló: "Es un número feo, a la gente normalmente no le gusta"

La Afortunada se llama la administración nº 6 de Castelló que ha repartido el primer premio de la lotería de Navidad, el 88.008. Ubicada en la céntrica avenida Rey don Jaime, un enjambre de periodistas, amigos y curiosos, revoloteaba en torno a la administración. Se trata de un décimo que fue vendido en ventanilla.

Muy emocionados

«Estoy super contenta porque es la primera vez que damos el Gordo y estamos todos muy emocionados», apunta. Un sueño hecho realidad. «Llevo 20 años aquí y todavía no lo habíamos dado, todos los años esperas que sea la primera vez», añadía Fina Cubedo, empleada de la administración. «Todos los que trabajamos aquí estamos muy felices», expresa. 

«Un número muy feo, normalmente a la gente ese tipo de números no les gusta; pero está todo dentro del bombo», añadía. 

El champán lo preparamos todos los años, pero lo que pasa no sale; y esta vez ha salido. Como había poca faena estaba dentro adelantando», señalaba Fina.

Remolón

Este viernes la diosa fortuna le ha sonreído, aunque se ha hecho de rogar, pues ha sido el más remolón de la historia, no ha sido hasta las 13.16 horas cuando Elisabeth Obarisiagbon Iyamu y Rosario Martínez García han extraído las bolas y Yesica Paola Valencia Gómez y Francisco Moreno Durán han cantado los números. «Mejor así, porque si sale al principio, la cosa se apaga un poco», revelaba.

Ni idea de quién puede ser el agraciado, decía. No obstante, también añadía que esto puede ser positivo de cara a impulsar las ventas de la lotería del Niño, que invitaba a comprar. «Que te toque algo, mucho o poco, siempre es positivo», señalaba. Además, añadía, hay que sumar las pedreas que han repartido.

¿No será el mío?

Señalaba que estos días de Navidad no han parado. «Por la mañana las colas llegan hasta la carretera, por la tarde, un poco menos. No nos podemos quejar de la clientela», añadía la responsable del local. Y entre tanto, muchas personas se aproximaban a preguntar qué había pasado. En cuanto sabían que el motivo del jolgorio era que había caído el Gordo, algunos clientes preguntaban ¿No será al mío? Otros, en cambio, se lamentaban por haber dejado pasar la fortuna sin haber comprado si quiera un décimo.

Finalmente, han llegado los carteles anunciando el número premiado y los responsables y trabajadores del local descorcharon el cava y han brindado cantando el nímero afortunado.