Para cerrar la temporada, me gustaría contaros la historia de Fernando Carro. Trabajador incansable, obrero del atletismo, su oficina son el CAR de Madrid y la Casa de Campo. Madrileño, de barrio humilde, y atleta que a base de mucho trabajo, mucho insistir y persistir, mucho caerse y levantarse, fue olímpico en Río y el pasado verano en los campeonatos europeos de atletismo se convirtió en subcampeón de Europa. Yo tuve la suerte de estar allí y ver cómo recibía la medalla, y esa medalla, ese momento, me transmitió que detrás había una larga historia, y como en todas las historias seguro habría momentos buenos, malos, regulares…

Fernando Carro llevaba tiempo apuntando maneras, en cros, pista, asfalto… Parecía no tener miedo a ninguna prueba y desde luego ha demostrado que no lo tenía. Un atleta humilde, cercano, generoso en la calle y el tú a tú, pero descarado corriendo, con respeto siempre pero sin miedo a los rivales ni a los retos. Siempre sincero cuando las cosas no le salían bien pero también honesto cuando recientemente publicó que sus entrenamientos estaban yendo a la perfección y que su estado de forma era el más óptimo de su carrera deportiva.

Y así, sin miedo a decir la verdad, se fue a correr la liga Diamante de Mónaco y sin tapujos corrió de forma inteligente y sin miedo tras los atletas africanos, y tras 8 minutos, 5 segundos y 69 centésimas destrozó un récord de España en 3.000 obstáculos que tenía una vigencia de 17 años.

Fernando empezó a correr huyendo de un grupo de ultraderecha que quería pegarle en su barrio. Es decir, el atletismo se convirtió para él en un primer momento en un instinto de supervivencia, después en una afición y ahora una profesión. Aunque una profesión que sigue siendo afición, porque no imagino a Fernando haciendo algo que no le entusiasme, que no le gratifique más allá del dinero o del éxito. Para Carro el éxito y su mayor logro son sus amigos y grupo de entrenamiento, con quienes comparte esta aventura y a quienes dedica sus triunfos.

Motivador y currante

Risueño, siempre sonríe, siempre alegre y es un motivador y currante nato, que sabe bien de qué va esto llamado vida, pues perdió a un hermano, sobrevivió a una infancia y adolescencia que no auguraba este presente y especialmente el futuro que tiene por delante.

Fernando es inspiración, es ejemplo y es ese tipo sencillo que cumple aquello de que quien la sigue, la consigue.

Un gran ejemplo a seguir, y con ello nos despedimos hasta el próximo septiembre.

¡Feliz verano runner!

*Psicóloga deportiva

@mvallsbarbera