Los alcaldes socialistas de las principales poblaciones castellonenses, las de más de 20.000 habitantes, dicen respaldar sin fisuras la decisión del president y líder del PSPV, Ximo Puig, de adelantar las elecciones autonómicas al 28 de abril y hacer coincidir así estos comicios con los generales, con lo que se crea una situación inédita también en el ámbito local, en el que el 26 de mayo solo habrá dos urnas, una para elegir a las corporaciones municipales y otra, que se considera que apenas interfiere, para las europeas.

Amparar el paso dado por el president socialista el pasado lunes es la posición dominante de los primeros ediles del partido de Puig en la provincia, aunque no en términos absolutos, ya que no han faltado los casos de quienes se han sentido un tanto «abandonados» porque se verán obligados a llevar adelante la campaña en clave únicamente local, algo que nunca han hecho antes.

Sin embargo, todo parece apuntar que se trata de enfados puntuales --motivados también por determinadas aspiraciones frustradas de haber sido consultados--, ya que se avala la doble cita con argumentos entre los que no falta la idea de que una eventual derrota de Pedro Sánchez en las elecciones generales habría afectado igualmente el 26-M, mientras que unos buenos resultados en el Palau y la Moncloa para los socialistas pueden tener un tirón que apoye al voto para este partido en clave local.

Desde la realidad de que todas las alcaldesas --son mayoría-- y alcaldes del PSPV en los municipios grandes de Castellón gobiernan a través de pactos con otras fuerzas, entre las que destaca Compromís --José Benlloch tiene mayoría absoluta en Vila-real--, tampoco parece introducir tensión en el último tramo de la legislatura el rechazo de Compromís al avance, personificado el lunes en las duras palabras de la vicepresidenta y coportavoz de la coalición nacionalista, Mónica Oltra.

De hecho, la opinión generalizada es que después de una legislatura tranquila y colaboradora, también en lo local, entre ambas formaciones, nadie pondrá en riesgo los dos meses que restan hasta el 26 de mayo, ni tampoco cualquier posibilidad de pacto que planteen las urnas a partir de la jornada electoral.

De hecho, las asperezas que generaron las discrepancias mostradas desde Compromís la misma tarde del anuncio de Puig ya se limaban este martes en Les Corts tras la junta de portavoces, con declaraciones del síndic de la coalición, Fran Ferri, quien llegó a desear «larga vida al Botànic».

Desde Castellón, Amparo Marco, se posicionó claramente con Ximo Puig al afirmar: «El 28-A será una ocasión para valencianizar la política estatal y plantear un debate político sobre nuestros intereses y nuestro futuro para los próximos cuatro años».

Por su parte, José Benlloch no solo se mostró de acuerdo con el president, sino que dijo estar seguro de que Puig «hubiera querido hacer las elecciones autonómicas por un lado, las estatales por otro, y las locales y europeas por otro», idea con la que coincide, pero que no se ha materializado «por responsabilidad» y también «por el gasto» adicional.

Las alcaldesas de Burriana, Mª Josep Safont, la Vall d’Uixó, Tania Baños, o Benicarló, Xaro Miralles, pusieron este martes el acento en valorar como un acierto el adelanto al 28-M en la línea de que permitirá visibilizar más y mejor a la Comunitat al no producirse las autonómicas en línea con los comicios de otras comunidades, argumento que también esgrimieron el alcalde de Onda, Ximo Huguet, y su homóloga en Almassora, Merche Galí, quien también destacó que se espera más participación.