Justo un año después de que la Panderola retomada su actividad, el Ayuntamiento de Castelló ha querido celebrar este particular aniversario poniendo en valor el que se ha convertido en «un punto de encuentro al aire libre en el corazón del Grao, más abierto, más innovador, con más posibilidades de uso, habitable e inclusivo», describe la alcaldesa, Amparo Marco.

Doce meses después, poniendo el acento en esta plaza de 11.200 metros cuadrados --una de las 12 intervenciones desarrolladas a partir de los Fondos Europeos de Desarrollo Regional (Feder)-- se ha diseñado una campaña de divulgación con la instalación de mupis en diferentes partes de la ciudad y el distrito marítimo, que detallan «el abanico de usos y oportunidades que abre el espacio».

La alcaldesa defiende que el propósito que se marcaron con esta inversión está «consolidado», porque el parque «ha ganado en accesibilidad, seguridad y funcionalidad, ya no es solo una área de descanso o de ocio, sino también un espacio de coworking, gracias a la infraestructura instalada y la conexión wi-fi».

La plaza cuenta con zonas deportivas y juegos infantiles, áreas de trabajo al aire libre a la sombra, nuevo mobiliario y una fuente que ha dado el toque de innovación y se ha convertido en emblema del entorno, con su efecto géiser. Y además, para el gobierno municipal, es un ejemplo de gestión sostenible, pues no solo se respetó el arbolado original, sino que además se han plantado 60 ejemplares nuevos. La iluminación del conjunto del parque es LED, «la misma tecnología que ilumina la fuente y los dos letreros en los que aparecen rotulados El Grau y La Panderola», destacan desde el Ayuntamiento.

Otra de las ventajas en las que incide la alcaldesa es la seguridad, consecuencia de la creación de una plaza diáfana y más iluminada que invita a frecuentarla y pasear por ello, sus obstáculos que resten visibilidad, entre otros atractivos y ventajas de de este entorno renovado que supuso una inversión de 1.476.000 euros.