La situación de su madre, enferma de alzhéimer, se agravó hace justo un año y Mercedes decidió dejar su trabajo como limpiadora en un centro escolar de Castellón para atenderla las 24 horas del día. Si esto hubiera ocurrido antes del 2013, esta cuidadora no profesional habría podido convertir su nueva tarea en un puesto de trabajo con cotización a la Seguridad Social incluida. Entonces el importe de las cuotas lo asumía el Estado. A partir de este año, el Gobierno trasladó esa obligación al propio cuidador y la consecuencia fue que la inmensa mayoría de ellos se dieran de baja. Y todo eso pese a que en Castellón quienes se hacen cargo de un familiar dependendiente son más de 3.500 personas.

Los datos que maneja el Ministerio de Sanidad revelan que en la provincia apenas 108 personas que dedican su tiempo a cuidar a familiares dependientes en casa cotizan a la Seguridad Social, a pesar de que en la provincia hay más de 3.500 ciudadanos reconocidos con una prestación, la de cuidados en el entorno familiar, que posibilita a estos asistentes no profesionales recibir una ayuda económica por una dedicación que permite al dependiente mantenerse en su hogar. ¿Consecuencia? Apenas el 3% de esos parientes que se ocupan de padres o hijos que no pueden valerse por sí mismos están dados de alta en la Seguridad Social.

La situación actual dista mucho de la registrada en el 2012, cuando era el Estado el que asumía el pago de las cuotas. En septiembre de ese año, el Gobierno contabilizaba en Castellón 1.503 cuidadores no profesionales afiliados a la Seguridad Social. Hoy son solo 108. O dicho de un manera más clara: casi 1.400 se han dado de baja en seis años.

Pero, ¿cuál es el perfil del cuidador no profesional? ¿Hay más mujeres que hombres? La estadística del Ministerio de Sanidad revela que el 89% de los 8.372 cuidadores dados de alta en España son mujeres y solo 938 son hombres. Además, la inmensa mayoría tiene más de 50 años, lo que demuestra que en la mayoría de los casos la atención familiar al dependiente recae sobre la mujer, la hija o la madre.

más personas atendidas // Pese a que la ley de dependencia considera la prestación al cuidador no profesional como un hecho «excepcional», en Castellón este tipo de prestación sigue siendo mayoritario. De hecho, los últimos datos que maneja la Conselleria de Igualdad y Políticas Inclusivas, actualizados a principios de este mismo mes de marzo, revelan que en Castellón ya son 7.078 las personas beneficiarias, todo un récord, y 2.700 más que en septiembre del 2015, cuando eran poco más de 4.400. Además, la dependencia crece y lo hace a costa del cuidador familiar. Es, de lejos, el servicio más demandado por quienes optan a acceder a las ayudas. Lo fue durante los primeros años de aplicación de la normativa y lo sigue siendo ahora también. Algo más de la mitad de los beneficiarios apuestan por ella. De hecho, de las algo más de 7.000 personas que en la provincia de Castellón se benefician de las ayudas que contempla la normativa, más de 3.700 se han decantado por una prestación económica. De esas, cerca de 3.500 son subvenciones al cuidador familiar no profesional.

La ayuda para el cuidado en el entorno familiar gana por goleada y hay poquísimos beneficiarios que en Castellón disponen de una subvención para contratar a un asistente personal, una figura contemplada en la legislación y que permite mejorar la autonomía y la independencia de los discapacitados pero que continúa sin cuajar en la provincia.

Pese a que cuidador no profesional es la opción mayoritaria, el segundo servicio más demandado es la ayuda vinculada a una prestación de servicio. Las residencias son la opción más común y le siguen los centros de día y la teleasistencia.