Las nuevas generaciones de profesionales de la cerámica tienen gran formación, pero carecen de un pilar fundamental para el desarrollo de su trabajo: la experiencia y las claves para solventar los problemas que luego aparecen en el día a día. De ahí que la Asociación Española de Técnicos Cerámicos (ATC) se haya propuesto buscar remedio a estas lagunas y, cuando el sector cerámico está a punto de entrar en su etapa 4.0, ha iniciado una serie de reuniones que sirven para poner en contacto a veteranos de la industria cerámica con los nuevos cerebros, la generación que está llamada a llevar a cabo la próxima revolución tecnológica del clúster.

El presidente de ATC, Juan José Montoro, detalla que ya se han celebrado “tres encuentros”, pero en vista del “éxito” de la iniciativa, “nos hemos planteado celebrar una sesión cada mes”.

El esquema es muy fácil. Una persona de dilatada trayectoria en el sector explica su experiencia, las dificultades halladas y cómo se afrontaron. Ya han sido ponentes Jorge Bakali, José Gálvez y Eduardo Abad. El próximo, “dentro de abril”, sería Fernando Maeso, fundador de Azuliber, si bien Montoro reconoce que “todavía estamos cuadrándolo”.

Pero lo más importante, para Montoro, no es solo “lo que cuentan, que también, sino las vías de comunicación que se crean entre los propios jóvenes”. Para el presidente de ATC, en el origen del sector, “los técnicos carecíamos de herramientas y conocimientos, y lo fuimos supliendo creando foros, comunicándonos entre nosotros... Hoy, en la era de la comunicación, los técnicos están más incomunicados que nunca. Es el momento idóneo para recuperar esos canales y evolucionar”. H