El debate sobre los apartamentos turísticos estaba circunscrito hasta el momento en la provincia a los municipios costeros --Orpesa, Peñíscola, Alcossebre, Benicàssim...--, que son los que proporcionalmente cuentan con un mayor número de inmuebles de este tipo. Sin embargo, el auge de estos alojamientos, con Airbnb como su principal plataforma de difusión, ya está afectando de pleno a la capital de la Plana, que cada vez cuenta con más habitaciones de este tipo. Una circunstancia que ha puesto en alerta a los hoteles de la ciudad, tanto por las repercusiones para el negocio como por el crecimiento que puede tener este fenómeno en el futuro próximo.

Y es que existe preocupación entre el sector, tal y como explica Lola Guillamón, presidenta de la Cámara de Comercio y gerente de dos hoteles en Castellón (Doña Lola y Zaymar). «Hay un número muy alto de inmuebles de este tipo en la ciudad en la actualidad y su actividad nos repercute mucho», manifiesta.

Opciones

Acudiendo a la principal plataforma de contratación, Airbnb, se puede elegir --a fecha de ayer-- entre un total de 290 posibilidades de alojamiento distintas en Castellón, en inmuebles con 1, 2 o 3 camas, principalmente. Las opciones son muy variadas, ya que hay desde pisos en el centro de la ciudad hasta otros en la playa, pasando por varios situados en Marjaleria.

Claro que no solo se encuentra cama a través de Airbnb, ya que la oferta en este sentido también es amplia. Wimdu, Niumba o HomeAway son otros espacios web en los que elegir entre las distintas modalidades de pisos turísticos, ya sea en un bloque habilitado a tal efecto o el inmueble de un particular que busca sacarle rendimiento económico.

Un fenómeno imparable y que ha venido para quedarse, confiesan los hoteleros. «Está creciendo y crecerá más, ya que siempre habrá gente que busque alojamientos más baratos. Y sí, está haciendo daño. Al final, para una familia de siete miembros que quiere irse de vacaciones se trata de una opción buena, aunque hay que decir que el nivel de servicio que ofrecemos no lo encuentras en estos apartamentos», explican desde el céntrico Hotel Real.

Ignacio Montoto, director del Hotel Jaime I y del Tryp Castellón Center, manifiesta que la competencia es «bienvenida», pero señala que este tipo de alojamiento no tributa en igualdad de condiciones, extremo en el que coinciden todos los consultados por Mediterráneo. «Hay una normativa excepcionalmente pesada que no cumplen estos inmuebles, en materia de riesgos, accesos, sanidad, protección de datos... Por ejemplo, se aloja personas en recintos sin extintor de incendios».

FUERA DE LA LEY

Asimismo, Montoto denuncia que en muchos casos las plataformas que ofertan este tipo de inmuebles no exigen la licencia requerida, «con lo que tiene de repercusión para el IVA recaudado, por ejemplo». «Al final, es como si vendiesen tabaco de contrabando», sentencia.

Por su parte la directora del hotel Intur, María José López, pone el foco sobre otro tipo de problemática que se ha dado en otras ciudades, y que podría repetirse en la capital de la Plana: «Por el tipo de alojamiento que ofrecen, puede causar problemas entre los vecinos. Pero se trata de un fenómeno que no se va a parar».

Sin embargo, y al igual que solicitan sus homólogos en la ciudad, echa de menos que «las condiciones sean las mismas para todos, ya que si no se trata de competencia desleal».