El químico de Moncofa y Premio Príncipe de Asturias, Avel.lí Corma, apostó por estrechar los lazos entre empresas e investigadores para generar aplicaciones en la industria que generen innovación y competitividad. En su ponencia Transferencia de conocimiento desde la universidad a la empresa y su impacto en la industria, Corma alentó, ante el auditorio de la Cámara de Comercio, al tejido económico: «Los empresarios tenéis que contar con investigadores, doctores y centros tecnológicos».

En su opinión, es clave implantar la I+D+i y contar con el personal especializado para ello, y sobre los diversos procedimientos existentes dio claves de pasos a seguir. Así, citó que, desde el punto de vista de los investigadores, sus trabajos se difunden y conocen «en congresos y ponencias». Otra vía son las publicaciones, «una manera de comunicar las invenciones y las nuevas ideas», pero existen unas revistas de más prestigio con un mayor alcance. «Intentar publicar ahí es como querer jugar en la Champions, pues las empresas seguro que leerán ese resultado y puede interesarles dicho trabajo».

Corma contó que en la actualidad ciertas investigaciones «rompedoras» pueden comportar un autorriesgo si se desarrollan, con tasas de éxito del 2%, pero que al concluir pueden ser excelentes y tener «una alta recompensa, con una importante tasa de retorno» y de generación de competitividad. Corma, profesor de investigación del CSIC en el Instituto de Tecnología Química (ITQ) e impulsor de su fundación, resaltó también el papel de este centro mixto del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y la Universitat Politècnica de València.

Aunque indicó que desde el ITQ suelen desarrollar investigaciones para grandes compañías, matizó que «si viene una pyme con un concepto original, desafiante y excitante, ahí entramos y cofinanciamos al 50% la investigación con el fondo del ITQ». «Deber ser eso sí de un interés general, no muy particular», aseveró Corma