A pesar de que desde el 23 de junio del 2016, cuando se celebró el referéndum del brexit, Reino Unido vive en un estado de excepcionalidad permanente, esta semana, con la propuesta del primer ministro de cerrar el parlamento en octubre, no es una más en el país. Y eso lo perciben los 964 castellonenses que viven en el país, que ven con resignación e inquietud su futuro, especialmente si la desconexión no se produce previo acuerdo con la Unión Europea.

Fueron muchos los castellonenses, especialmente jóvenes, que en los años más duros de la crisis cogieron un vuelo sin billete de vuelta hacia Inglaterra, un país cosmopolita que ofrecía buenas perspectivas de empleo y la posibilidad de perfeccionar el nivel de inglés. La estadística del Padrón de Españoles Residentes en el Extranjero evidencia cómo este movimiento de población hacia las islas británicas ha ido a más en los últimos años, pues de los poco más de 200 castellonenses que vivían en este país el 2009 se ha pasado, en solo una década, a una cifra que roza los 1.000 y que supera los 10.000 en el caso del conjunto de la Comunitat.

TRANQUILIDAD A CORTO PLAZO // Aunque existen casuísticas muy distintas entre los residentes en el Reino Unido, el mensaje oficial que traslada la Generalitat es de tranquilidad, al menos en el corto plazo. El delegado del Consell para la UE, Joan Calabuig, explicó que el estatus de este millar de castellonenses está «garantizado» y «no cambiará» pase lo que pase hasta final de año. «A partir de ahí, dependerá de lo brusca que sea la desconexión», añadió, aunque confió en que los contactos bilaterales entre el gobierno valenciano y el británico den sus frutos para garantizar los derechos «no solo de los valencianos que viven en Inglaterra sino también el de los muchos británicos que tienen residencia en la Comunitat».

Con voluntad política cuestiones como la atención sanitaria se pueden solucionar, pero si se produce un brexit duro existe el temor a qué solución se dará a aspectos como los años cotizados en el Reino Unido por parte de ciudadanos españoles o las cuantiosas exportaciones de empresas de la provincia a las islas.

Ayer, el jefe del Consell, Ximo Puig, pidió «que haya racionalidad por parte del Gobierno del Reino Unido» para no ir «a una catástrofe que va a perjudicar a todos». La Generalitat tiene un plan de contingencia y ya prepara una hoja de ruta postbrexit para definir la convivencia cuando Reino Unido sea un tercer país. Más información, en páginas 52 y 53.