Estuvieron habitados por el médico o el sacerdote. Antaño fueron consultorios médicos, molinos donde se elaboraba el aceite de oliva o escuelas municipales. Otros fueron mataderos, antiguas cárceles o incluso conventos. De eso hace ya muchos años. Ahora están desocupados y aguardan un uso que les saque del letargo en el que se vieron inmersos hace décadas tras la desaparición de la actividad para la que fueron diseñados. Son los inmuebles públicos que en la provincia llevan años vacíos y lo llamativo que es su cifra ya roza el centenar.

Los ayuntamientos son titulares en Castellón de 99 inmuebles sin uso. Es la conclusión a la que llega la última Encuesta de Infraestructuras y Equipamientos Locales que cada año actualiza el Ministerio de Política Territorial. Se trata, por tanto, de una base de datos oficial y sobre todo representativa al recoger 66 variables de todos los municipios de la provincia, a excepción de los que tienen más de 50.000 habitantes empadronados. Es decir, en el caso de la provincia de Castellón, todos, a excepción de la capital y Vila-real.

Esos 99 edificios municipales que están sin uso suponen 19 menos de los registrados en el 2012, siempre según la estadística del Ministerio. Pero el problema, más allá de las cifras, está en el estado de conservación que presentan todos estos inmuebles. El documento de Gobierno también los analiza y concluye que 47 de ellos (casi la mitad) presentan un estado de conservación malo. Solo 22 están en buenas condiciones, mientras que el estado del resto es regular.

De entre la retahíla de edificios municipales vacíos sin, duda, los colegios y los centros de salud de llevan la palma. Y la culpa de todo la tiene la despoblación. Los pueblos van perdiendo habitantes, los nacimientos cada vez son más escasos, y las escuelas rurales se van cerrado. También los consultorios. En la lista aparecen, al menos, siete escuelas municipales y seis ambulatorios que un día estuvieron abiertos y que ahora tienen echado el candado.