Cerca de 150 personas participaron ayer en la tradicional fiesta de San Isidro en la ermita de Censal de Castelló, un acto que cuenta en cada edición con la colaboración de Cajamar Caja Rural. La jornada comenzó con la bendición de los campos, seguida de una misa oficiada por mosén Gaya, quien, pese a estar ya jubilado, no quiso dejar de colaborar en la festividad popular.

Pese a las previsiones meteorológicas, que auguraban una mañana pasada por agua en la capital, la meteorología dio una tregua a San Isidro y los asistentes pudieron disfrutar, tras el oficio religioso, de un porrat como aperitivo, con el sol como aliado.

El grupo de música Tombatossals amenizó el almuerzo y algunos de los asistentes se arrancaron, incluso, a bailar en los jardines de la ermita de Censal. Un programa dominical perfecto que hizo disfrutar a los presentes.

Entre los participantes en la fiesta estuvieron los concejales Mari Carmen Ribera --delegada de Consumo, Gente Mayor y Salud Pública-- Omar Braina --de Fiestas, Sostenibilidad Ambiental y Agricultura-- y Carlos Feliu, además de representantes de cooperativas, comunidades de regantes y personas vinculadas al sector agroalimentario de la provincia.

Los asistentes contaron, además, con facilidades de transporte, ya que Cajamar dispuso un servicio gratuito de autobuses para facilitar el desplazamiento de los mayores. Muchos acudieron con sus allegados al evento, llegando a tener presencia dos y tres generaciones de la misma familia en las celebraciones.

La ermita de Censal volvió a ser lugar de peregrinación, un año más, en honor a San Isidro.