La catrastrófica situación que vive el sur de la Comunitat como consecuencia de la gota fría contrasta con lo vivido en provincia de Castellón, donde las lluvias caídas desde el miércoles han sido, en general y por el momento, beneficiosas para el sector agrario.

Así lo valoró ayer el delegado de la Unió de Llauradors, Carles Peris. El representante del sindicato agrícola señaló que por un lado será positiva para la campaña citrícola al elevar el calibre de los frutos. En la misma línea, el delegado de Fepac-Asaja, Adrián Lobo, señaló que en el caso de las variedades que están para cosechar no lo hará porque su tamaño ya es definitivo, pero sí que contribuirá a aumentar el de la clemenules, la que más abunda.

Peris indicó que también serán provechosas para los cultivos de secano. En el caso de la aceituna, el delegado de Fepac Asaja indicó que ayudará a incrementar su peso. Peris agregó que también contribuirá a regenerar los pastos tras un verano con pocas precipitaciones.

Además de recargar acuíferos, propiciará el ahorro de costes al permitir que los agricultores se ahorren riesgos, expuso Lobo.

No obstante, sí que puede haber un elemento negativo. Y es que, como comentó Peris, las precipitaciones pueden ser perjudiciales para los cultivos de hortalizas de invierno que se habían sembrado, porque puede favorecer la aparición de hongos.

Además, en el caso de la almendra puede ser perjudicial el que se humedezca el fruto, al estar en plena recolección, y el viento provoque la caída del fruto.

En general, la provincia de Castellón ha sido la mejor parada en el último año agrícola, en comparación con Valencia y Alicante. Hasta el 31 de agosto, según un estudio de Avamet, la mayor precipitación anual se había recogido en Aín con 984 litros. En Benicarló se recogieron 728 y en El Toro (726). Con 635 estaba la Vall d’Uixó y la peor posicionada Castelló, en torno a 400 litros.