Tranquilidad en el seno de la orden Capuchina. Las monjas “confían en la labor de los expertos técnicos del Museu” para “guardar en las mejores condiciones” su tesoro patrimonial: los 10 lienzos de Zurbarán, la imagen nacarada de la Virgen de Guadalupe, la tabla gótica de la Estigmatización de San Francisco; la escultura del santo de Asís, de Pedro de Mena; y en San Jerónimo de Jacinto de Espinosa. En total, 45 piezas que desde el 2012, en el que la orden abandonó su convento en Castellón, están en régimen de cesión al Museu de Belles Arts.

La madre superiora del monasterio de Barbastro (Huesca), donde se trasladaron las monjas de Castellón, la madre Isabel Abadía, señaló ayer a Mediterráneo que “hay una confianza plena en los técnicos expertos del Museu, que saben perfectamente qué necesitan”. Por su parte, José Luis Breva, síndico del cenobio en Castellón, confió en que “el Museu tome todas las medidas necesarias para que las obras estén perfectamente”. H