Los ayuntamientos son la primera puerta a la que llaman los ciudadanos cuando necesitan ayudas para pagar las facturas o algo de comida porque sus ingresos ya no dan para más. Y en esta guerra sin balas han vuelto a convertirse en un salvavidas para decenas de familias. Solo en la capital, desde que el 14 de marzo fue decretado el estado de alarma, el consistorio ha atendido 4.748 peticiones de ayuda social.

Los 160 profesionales que componen el área de Bienestar Social del Ayuntamiento no han parado ni un momento, y en turnos de mañana, tarde y noche, de lunes a domingo, han realizado más de 11.000 intervenciones, según datos del consistorio de Castelló.

Uno de los programas a los que han prestado especialmente atención es la asistencia a domicilio. Un total de 102 personas mayores o vulnerables se han dado de alta y están siendo atendidas por el servicio de comidas a domicilio (Menjar a Casa). Otros 99 ancianos lo han hecho en el servicio de asistencia a domicilio (SAS), mediante el que reciben asesoramiento y ayuda en aspectos básicos como higiene o limpieza.

DINERO PARA PAGAR FACTURAS // La crisis del covid-19 ha expulsado del mercado laboral a miles de trabajadores y muchas familias se han quedado sin ingresos con los que hacer frente alquiler o al pago de los recibos. Desde que comenzó la emergencia, el Ayuntamiento ha concedido 1.600 prestaciones de ayuda social. «Se trata de ayudas económicas de urgencia para pagos de consumo eléctrico o alquileres», explican desde el equipo de gobierno municipal que dirige Amparo Marco. Otro de los programas que pusieron en marcha es un servicio de menús a domicilio para cubrir las necesidades de menores en situación de vulnerabilidad y de sus familias. «Comenzó el 23 de marzo repartiendo algo más de 400 menús diarios y, a día de hoy, estamos distribuyendo cerca de 700», aseguran desde el Ayuntamiento de la capital. Este fin de semana han puesto en marcha, además, el proyecto Cuina Social, que ha permitido el reparto diario de 400 menús más.

Si para las personas que tienen un hogar, el confinamiento no es fácil, para los sintecho aún es más complicado. Por el albergue municipal han pasado más de 70 personas y mientras dure la emergencia seguirá abierto el recinto provisional del antiguo pabellón de la Juventud.