El Ayuntamiento de Castellón activa el Consejo Municipal de Inspección con el que prevé reforzar el control al fraude fiscal, que irá de la mano de la revisión catastral solicitada a la Gerencia Territorial del Catastro. Más allá de poner la lupa sobre los impuestos, también se repasarán las tasas de ocupación de la vía pública, fundamentalmente por entrada de vehículos a través de aceras (vados) y por aprovechamientos como mesas y sillas de establecimientos hosteleros, cajeros automáticos o quioscos. Herramientas destinadas a combatir el fraude «para garantizar la eficacia y eficiencia de la administración local», según las palabras de la alcaldesa, Amparo Marco.

El consejo tiene como misión «identificar, analizar y proponer mejoras de carácter transversal en las actuaciones de control o inspección de diferentes áreas, negociados o unidades del Ayuntamiento para mejorar su eficacia y eficiencia y de esta manera facilitar el ejercicio de actividades y prestación de servicios», matizó el edil de Gestión Municipal, Antonio Lorenzo.

El Consejo Municipal de Inspección, de carácter técnico-político, se ha convocado para la próxima semana, en una sesión en la que se aprobará la constitución y se prevé plantear que cada área aporte sus propuestas de inspección para priorizar las actuaciones y convocar después los diferentes grupos de trabajo.

DOS AÑOS // El plan de control tributario se desarrollará hasta 2019, con dos líneas de trabajo: mejorar la atención al contribuyente y potenciar la investigación del fraude tributario. «Todas las ciudadanas y todos los ciudadanos tenemos la obligación constitucional de contribuir al sostenimiento de los gastos públicos, de acuerdo con nuestra capacidad económica y para ello es preciso contar con un sistema tributario justo», afirmó Marco. «El Ayuntamiento ha de contar con los ingresos necesarios para las políticas sociales y de empleo», dijo.