Un gran alivio. Eso es lo que se ha llevado el agricultor de Vinaròs al que la Dirección General del Catastro tasó su invernadero en 443.000 euros --como informó el periódico Mediterráneo en su edición del 16 de febrero-- y que ahora ha visto aceptado el recurso que presentó con la ayuda de la Unió de Llauradors. Este trabajador del campo ha recibido la notificación por la cual la entidad ya no considera una “construcción”, sino “un cultivo de invernadero con malla” la instalación y deja en cero euros su valoración, “pasando su superficie de suelo a valorarse como suelo agrario con cultivo”. Una resolución que puede hacerse extensiva a otras decenas de agricultores que estaban en la misma situación.

De esta manera, y dado que la comunicación le llegó en octubre y los recibos del impuesto de bienes inmuebles de Vinaròs no se cobran hasta junio, el agricultor no ha tenido que hacer frente al pago de los 3.544 euros que le hubieran correspondido de no haber reclamado la tasación.

“Ahora solo tendrá que pagar por el suelo”, señala el responsable de Ingeniería de la Unió, Carles Parrado, que dirige los recursos de este área. Y este pago es “muy pequeño para los suelos rústicos”. Es por ello que el propietario “está muy contento y nosotros también”, destaca.

Además, el Catastro también admite su error a la hora de valorar las construcciones, que deberá volver a tasar “conforme a los nuevos datos”. Parrado valora la notificación, que demuestra “que la Administración es receptiva” y que lo que pedían “era justo”. Pero lamenta que muchos agricultores que no hayan reclamado estarán pagando de más. H