Con el aviso encima de la mesa de convocar una huelga si el colapso de atención primaria no cesa --un órdago al que la Conselleria de Sanidad deberá responder antes de octubre--, los médicos de familia ven que a la sobrecarga de tareas que no les compete se suma la preocupación por el retraso a la hora de diagnosticar enfermedades graves, más allá del coronavirus, que conlleva la saturación de ambulatorios.

Así lo advierte la presidenta de la Sociedad Valenciana de Medicina Familiar y Comunitaria (Sovamfic), María Ángeles Medina, quien avisa de que los profesionales sienten un «elevadísimo nivel de estrés y daño moral» porque el sobreexceso de trabajo que les ha impuesto el covid les está haciendo «perder tiempo para hacer cosas que no deben demorarse».

Pronóstico tardío para detectar el cáncer

Según la experta, empieza a haber estudios que alertan de cuánto retraso lleva la atención primaria en, por ejemplo, diagnosticar un cáncer, porque «no es lo mismo la detección de un tumor de un centímetro que de cinco, cuando ya ha invadido y el pronóstico se ensombrece muchísimo».

«Estamos perdiendo el tiempo para hacer cosas muy importantes, cosas que no se pueden demorar», arguye, y añade que ni el tiempo ni los recursos «son infinitos». «Llegamos hasta donde llegamos y hacemos lo que podemos con un grado de cumplimiento máximo, pero no podemos ver a 80 pacientes en un día», remarca.

Sin rastreadores en muchos centros de salud

A su juicio, todo nace de la sobrecarga que el coronavirus les ha impuesto y la situación se agrava porque al no tener rastreadores en todos los departamentos ni centros de salud, personas que solo se dediquen a hacer ese trabajo, «tenemos que hacerlo nosotros mismos» y «te lleva el 50% de la jornada laboral y todo lo demás tienes que condensarlo en el otro 50%». La dotación de rastreadores ha sido «muy escasa e insuficiente», a juicio de Medina.

La desescalada debería haber sido más lenta

La presidenta del colectivo asevera que, cuando finalizó el estado de alarma, durante el cual la población hizo un gran esfuerzo que consiguió «doblar la curva» de contagios, se produjo una «falsa percepción de la normalidad» y se tomaron «decisiones apresuradas», y considera que la desescalada debía haberse acometido «de manera más lenta».

«Fue un mensaje muy radical: ¡Todo el mundo fuera, que hay que reactivar la economía!. Primó la reactivación de la economía por encima de la sanidad», asegura la también portavoz del foro de médicos de atención primaria de la Comunitat Valenciana.

Consultas perdidas durante el verano

Medina confiesa que los facultativos pensaban que la segunda oleada del coronavirus iba a empezar en otoño, pero en julio, cuando en atención primaria se pensaba recuperar las consultas perdidas durante el confinamiento, «empezaron los rebrotes».

«Pensábamos aprovechar el verano para ponernos a ras y empezar en otoño con esos deberes atrasados hechos, pero no hemos tenido tiempo ni capacidad porque rápidamente han aparecido tantos rebrotes y sin los refuerzos ni la dotación necesaria tras separar unas tarea de otras», afirma.

Reducir la movilidad para aplanar la curva

Para volver a aplanar la curva de contagios, aconseja «reducir la movilidad» y explica que los médicos de familia no pueden «contener a las personas con tiempos de respuesta de PCR de diez días».

«A pesar de que les llamamos para que se queden en casa y no circulen --lamenta--, a poco que no llamamos todos los días, los tenemos en la calle, cuando deben aislarse hasta conocer el resultado».

Pago de horas extra y no abusar de la ética

La presidenta reprocha que «se han ido sumando tareas sin quitarnos ninguna y estamos saliendo de trabajar a las cinco o seis de la tarde a coste cero por nuestra ética profesional». «No somos máquinas. Cuando es un día tras otro y levantas la vista y a futuro no ves mejoría, sino empeoramiento, no sacas fuerzas de flaqueza», explica Medina, y reclama el pago de horas extra para que haya compañeros que, de manera voluntaria, las hagan para seguir la evolución del covid. Por todo ello, Medina asegura los médicos de atención primaria son unos «malabaristas».