El mercado de los productos de segunda mano ha experimentado un auge durante esta crisis económica derivada de la sanitaria por la pandemia del covid-19. Castellón sigue el reflejo nacional que marca que el flujo de compraventa de artículos usados se ha incrementado hasta cerca del 80% en algunos productos, como los relacionados con el mundo del deporte, sin prácticamente estoc en tiendas especializadas en el periodo de confinamiento por el virus.

La disminución de ingresos en el ámbito familiar, debido a la pérdida de empleos o a situaciones de ERTE, ha provocado la búsqueda del ahorro en las compras o la necesidad de los ciudadanos de desprenderse de artículos para generar una pequeña fuente de ingresos extraordinarios con los que minimizar los efectos de la crisis.

Los despidos o el gran número de ERTE también han favorecido otro de los grandes factores que explican el incremento de las operaciones de compraventa de artículos de segunda mano, ya sea entre particulares (a través de aplicaciones especializadas) u ofreciendo los productos en tiendas físicas. Hablamos del tiempo libre que han aprovechado muchas personas para reorganizar trasteros o armarios y, de este modo, sacar productos al mercado.

Dentro del abanico de productos que ofrecen en los negocios de segunda mano, los vinculados a actividades deportivas y movilidad urbana experimentaron un aumento de ventas de un 78%, respecto a antes del confinamiento. «En concreto, las bicis se han llevado la palma en esta crisis con un crecimiento de un 35% respecto al año pasado», explican desde Cash Converters en Castelló. Antes de que las autoridades sanitarias relajaran el confinamiento por la epidemia «los segmentos que mejor funcionaron fueron los de videojuegos, informática y telefonía», explican desde la franquicia.

La bonanza del mercado de segunda mano, sin embargo, no ha sido igual en todos los comercios del sector. Los más pequeños han acusado más la crisis. «Cuando nos permitieron abrir nos mantuvimos bien entre ventas en la tienda física e internet. Pero ahora se nota mucho el bajón», asume Joaquín Pardo, gerente del Rastro El Chollo, en Castelló.